A 40 AÑOS DEL ÚNICO ACCIDENTE NUCLEAR DE LA ARGENTINA
El 23 de septiembre de 1983, en el Centro Atómico Constituyentes, Osvaldo Rogulich manipulaba el núcleo de un reactor nuclear. Una falla en el procedimiento le provocó la exposición a rayos gamma y neutrones. La irremediable muerte le llegó dos días después. El informe de la Comisión de Regulación Nuclear de los Estados Unidos sobre las causas del siniestro. Y la palabra de su hija: “Hubo una situación de descuido de la institución” Hacía 14 años que Osvaldo Rogulich trabajaba en el Centro Atómico Constituyentes. El 23 de septiembre de 1983, a las 16.10, se acercó munido de guantes al recipiente que guardaba el núcleo del RA-2 (Reactor Argentino 2) para modificar su configuración. Era un procedimiento de rutina. Algo que había hecho cientos de veces. Pero en esa oportunidad, algo falló. Un destello de luz que duró milisegundos fue suficiente. Osvaldo supo que iba a morir. Los efectos de la radiación fueron letales: sobrevivió apenas dos días. El 25 de septiembre, a las 16.14, su