AGOSTO MES DE AMISTAD CHIQUIANA EN UN MUNDO DE DUDAS HUMANAS


Somos mente y memoria. En nosotros reside un universo interior, un Yo que se define por las circunstancias que nos rodean: familia, trabajo, la ciudad donde nacimos y residimos, en mi caso Chiquián y Lima respectivamente. También llevamos en nuestras venas, por esta semana, el dolor de Venezuela y el clamor de un mundo en crisis moral y ambiental. Así, cada día, cada minuto, sentimos la presión de estos tiempos que se deslizan entre nuestras manos.

Pero este mes de agosto, mi ser entero se vuelca hacia Chiquián, a su fiesta patronal el 30 de agosto. En medio del caos de nuestro entorno, ¿cómo puedo encontrar un espacio en mi interior para dedicarlo a mi Chiquián? Soy de aquellos que regresan a ella cada dos años o más. No vengo con propuestas ni con promesas, solo llevo el anhelo de sumergirme en tu verdor, en la blancura de tus nieves, en las calles de mi infancia, en el calor de mis amigos y en los sabores de mi tierra.

No es que no te quiera, Chiquián. Al contrario, es precisamente porque la vida es tan fugaz y mi tiempo tan limitado, que necesito un oasis, un refugio donde saciar la nostalgia que llevo por ti. Esta visita será un viaje de abrazos, de fotos, de valores trascendentes, sin exigencias ni compromisos.

"El retorno al lugar de origen es un reencuentro con el ser esencial. La nostalgia que nos impulsa a volver no es solo por el lugar, sino por la versión de nosotros mismos que habitó allí y que deseamos recobrar." (José Ortega y Gasset)

Para entender la importancia de esta visita, es esencial comprender el rol que juega Chiquián en mi vida, o en la vida de cualquiera que regresa a su pueblo natal. ¿Qué valor nos entrega el espíritu de nuestra tierra, su naturaleza, su esencia? Estas raíces profundas alimentan lo más íntimo de nuestro ser, mucho más allá de la fachada que mostramos al mundo.

Regresamos en busca de ese sentimiento puro que reside en nuestra nostalgia, en el baúl de recuerdos que atesoramos desde la infancia. Allí, en Chiquián, se encuentran las bases de nuestra identidad, construidas en días de inocencia, honestidad y sueños. Este viaje no es solo una visita; es una tregua en la batalla diaria de la vida, un regreso al paraíso soñado, que nos permite recargar energías y enfrentarnos con renovado vigor a nuestra cotidianeidad.

"El retorno a la ciudad natal es un retorno a los mitos fundacionales de la propia vida. Las grandes ciudades pueden ofrecer oportunidades, pero es en la ciudad natal donde se encuentra el marco simbólico que sostiene y da sentido a la existencia." (Claude Lévi-Strauss)

La memoria es un ancla que nos conecta con las raíces de nuestro amado pueblo, el lugar donde nacimos y donde se forjaron los primeros capítulos de nuestra historia. Con el tiempo, esos recuerdos se han convertido en una fuente inagotable de positividad y esperanza.

En estos tiempos convulsos, es vital encontrar momentos de tregua, y no hay mejor refugio que nuestro pueblo natal, con su naturaleza y su espíritu invicto. Reconocer el valor de reencontrarnos con nuestra esencia a través de fotos, abrazos y comidas compartidas, es fundamental.

Al final de esta visita, poco importará lo que depare el futuro. Lo esencial es que hemos renovado nuestro espíritu, hemos recobrado la esperanza y nos sentimos en paz. Gracias, Chiquián, por ser ese faro en la tormenta.

"La vejez no es solo el declive del cuerpo, sino una etapa donde la persona se enfrenta a la verdad de su existencia, a la suma de sus decisiones y a la aceptación de sus limitaciones. Sin embargo, es también un tiempo para la libertad interior, para vivir según nuestras propias ilusiones, expectativas y reconciliaciones con el pasado." (Simone de Beauvoir)


REGRESO A CHIQUIÁN

Es el lugar donde el tiempo se suspende,
allí donde las montañas abrazan el cielo,
regreso, con la nostalgia en la sangre,
a mi Chiquián, refugio de mi desvelo.

En tus calles se deslizan mis pasos,
como un eco de lo que fui y soy,
los rostros conocidos, las sonrisas del pasado,
me envuelven, me llaman, allá voy.

Verde es tu manto, nieves de pureza,
ríos que cantan la canción de mi infancia,
en tus paisajes hallo la certeza
de que en ti reside mi esencia.

No traigo promesas ni grandes planes,
solo el deseo de detener el reloj,
de abrazar tus cerros, tus zaguanes,
y encontrar en ti un rincón de sol.

La vida tan breve, el tiempo que huye,
necesito de tu paz, de tu calma,
en tu regazo mi memoria fluye,
y en ti mi espíritu recobra su alma.

Chiquián, aquí soy eterno,
en tus brazos se disipa el dolor,
y aunque el mundo gire en su infierno,
tú me devuelves la esperanza y el amor.

Así, con la luz de agosto en el diáfano cielo,
te doy gracias por ser mi puerto, mi lar,
y cuando vuelva a la lucha y al duelo,
sabré que en ti siempre podré reposar.


Grabación del programa de radio El Zaguán de Oro Puquio

https://open.spotify.com/episode/2GQraKwxmTt0XFNwmzy5Of?si=agte-D-DSma-R7qZW3u2GQ


La Pluma del Viento

Lima, 11 de agosto de 2024

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