MI LECTURAL FINAL
Los símbolos de despedida —coronas y lágrimas— de flores, cubrían la entrada, las paredes y el piso. Acompañaban su último descanso. Llegué muy temprano; sabía que abrirían a las nueve de la mañana. Ayer no pude venir: los horarios esclavistas del trabajo, o quizá la costumbre de asumir responsabilidades incluso cuando el corazón pide otra cosa. Como suelo hacer en estas situaciones: portaba en mi cuaderno electrónico ( celular) el texto “impreso” en formato digital, publicado en mi blog Chiquián Cultura . Lo había escrito anoche, al terminar mis obligaciones. Esta rutina me ha convertido en cronista de ausencias : cada amigo que parte me deja tinta en las manos, que la pluma las publica. Esta es una ocurrencia de aquellas. Con el breve tiempo que uno dispone en estas circunstancias, conversé con su esposa y sus hijos, y confirmé, lo valioso que es estar presente en estos momentos de despedida final. Aunque son cortos esos encuentros transmiten, con la mirada, el abrazo, las ...