MACU CALDERÓN - MADRE CHIQUIÁN 2025
La cuadra con el agua corriendo, los hábiles niños con sus zancos hechos de latas de leche. Los mayores con tablones puestos para cruzar. Los truenos habían clamado alegría. El agua no era zozobra, siempre milagro de vida.
En la esquina se concentraban niños de 5 a 9
años, pues el sol juguetón comenzaba su saludo después del mediodía. Como el
dín-dón del jardín, los rayos del sol Jirishanquino anunciaban en cada hogar
que era hora del encuentro.
Allí se mezclaban todos los juegos posibles, no
solo entre varones, también las niñas; los juegos eran compartidos, no había
elección, incluso los partidos de fulbito. Esa mitad de cuadra daba frente a la
ventana de corte español de la casa de Nina. En la esquina, la puerta grande se
abría para dar paso a Macu. Desde la casa a media cuadra surgía como una flor,
Hedy. Desde la otra cuadra también subía con su arte de trucos Acucho. Eran las
familias Núñez, Calderón, Carrillo, Barrenechea y Zúñiga, cuyos hermanos de
similar edad convergían indefectiblemente en las tardes de esparcimiento, que
en algunos casos se extendían a juegos vespertinos o a las misas de gallo en
épocas navideñas.
Los años de infancia compartidos por estos niños,
décadas después tuvieron un nuevo encuentro: se trataba del homenaje a Macu,
como Madre Chiquián 2025. Ya no estaban juntos a dos cuadritas como antes,
ahora cada uno vivía su vida. Macu en Chiquián, en la misma casa de entonces, y
los otros protagonistas en Lima, tan distantes que rara vez se reunían para
comentar algo de su infancia.
Cada uno se enteró de que había sido elegida
Madre del Club Chiquián 2025, por lo que llevaron la alegría de esta
designación hasta la intimidad de sus hogares, una alegría muy profunda. Por un
momento pasó por su memoria aquellos años compartidos de infancia, y ese
recuerdo los engrandecía. Entonces cada uno pensó qué hacer, y luego,
telepáticamente (más bien entrelazados cuánticamente), se comunicaron.
Decidieron que el mago de siempre hiciera algún truco, y así armaron el
presente para sorprender a su amiguita de toda la vida.
Allí, en nuestro hermoso Club Chiquián, se
congregaron los amigos de Macu; cada uno deseaba compartir con ella su alegría.
Se encontraban familias de todos los apellidos, de todos los barrios de nuestro
bello Chiquián, pues ella, con todos los años viviendo allí, era conocida por
todos. En medio de ese bullicio, los amiguitos de lluvias, arenilla, navidades
y carnavales se habían programado para darle la sorpresa. Le solicitaron al
Presidente del Club, Sr. Fanor Martín Alva, que los incluyera secretamente en
la programación.
Así fue:
"Ahora, un número especial. Antes de dar
paso a las palabras de su hijo, hay una sorpresa que sus amigos de infancia le
han preparado."
Corrimos a juntarnos, y con la caja sorpresa en
manos de Hedy subimos al estrado, Nina y Acucho. La emoción era inmensa, los
aplausos inundaron el ambiente. Nina advirtió: "No me digas que hable, me
olvido todo". Le respondí: "No te preocupes, el mago lo tiene bajo
control".
Durante los números previos, el Club había sido
muy generoso con los regalos entregados, y luego las palabras que ella expresó cargadas
de gran emoción. Entre lágrimas emocionadas que bordaban sus sentidas palabras
de agradecimiento a la vida, a su madre, a sus hijos, a los amigos y nuevamente
a la vida, los aplausos brotaban alegres y motivantes, impulsándola a
continuar.
Así que cuando mencionaron nuestro nombre, el
desafío llegó a su cima. Tomamos valor como cuando jugábamos bata o corríamos a
escondernos antes de que nos cayeran los globos. Nos miramos y seguimos
adelante, en una tensión mezclada con emoción y alegría. Menos mal que el
Presidente, como dando pie a nuestra sorpresa, usó palabras certeras para
calmarnos. Al subir al estrado, la madre homenajeada nos recibió con la misma
sonrisa infantil, cómplice y angelical de aquellos años de infancia. Sonreímos
y nos abrazamos como diciendo: "Tranquilos amiguitos, estamos juntos como
antes".
Nuestro regalo de homenaje consistió en una caja
sorpresa envuelta en un paño rojo (color característico del Día de la Madre).
Luego de decirle que el regalo lo habíamos hecho juntos, sus amiguitos; comencé
a descubrir lo que contenía el regalo, para beneplácito del público, también
interesado en saber de qué se trataba. (En los aniversarios se suele decir en
voz fuerte: que lo abra, que lo abra).
La tarjeta
Comencemos por la parte exterior,
-Allí hay una tarjeta veamos que dice. Sabía que el
público estaría atento, interesado en saber el contenido. Mientras eso notamos
que los celulares estaban apuntando a nuestra presentación.
Levanté la tarjetita, como para que lo vieran todos,
y lo leí fuerte como para que el público escuchara además del micrófono, que
por ratos dificultaba, para sostenerlo y a la vez vocalizar el texto. "
Para Macu de sus amigos de infancia por Venecia y tu luz". La tarjetita
tenía un color de fondo crema y letras oscuras.
Terminada la lectura, los aplausos incentivaron la
secuencia, nos miramos los amiguitos y reímos cómplices con nuestra
memoria.
La Carta
Hedy abría la cajita y Acucho sacaba los interiores, mientras Nina la abrazaba, compartiendo la calidez de este entrañable momento.
-Ahora, está una cartita que la hemos escrito los
amiguitos-, levanté la cartita y la mostré al público. Tenía el mismo color
crema que la tarjetita, la consistencia era de un papel pergamino, como
diplomas. Luego lo leí, lo más claro posible:
Querida Macu,
Hoy, en este día especial, nos
llena de alegría rendirte homenaje, primero por tu rol de madre abnegada,
fuerte, amorosa y responsable. Pero, también, queremos añadirle por tu amistad,
por la amiga y compañera de infancia que fuiste, desde nuestro recordado Barrio
Venecia, y ha perdurado en nosotros a lo a lo largo de los años, a pesar de las
distancias y los caminos que cada uno tomó.
Crecimos juntos en un barrio
maravilloso de amistad y complicidad; luego formaste familia, y te convertiste
en una madre admirable que, con esfuerzo y amor, has dado a la comunidad dos
médicos excepcionales. Esos valores que heredaste de tu madre, doña Estelita,
maestra sabia y mujer generosa, se reflejan en todo lo que eres.
Hoy, al verte recibir este
merecido reconocimiento, nos sentimos profundamente orgullosos por haber
compartido tantos momentos a tu lado. Eres un ejemplo para todos, y más para
tus amigos de infancia que siempre te tienen en su corazón.
Con cariño y admiración,
Nina, Hedy y Acucho
(Tus amigos de toda la vida)
Lima, 18 de mayo de 2025
Los
aplausos desbordaron, las paredes del club vibraban, y los abrazos de los
amiguitos no dejaron tiempo que perder, estaban juntos como en el barrio
Venecia, unidos con la memoria.
Luego había otro texto, era el "entrometido poeta" sin credenciales, pero con emoción: La Pluma del Viento (LPV), el público se calmó y escuchó atento la declamación:
Macu,
Madre
De dónde viene el recuerdo,
mi memoria emerge y estás.
En el charco o en la niebla,
es la esquinita del suspiro.
El sol irrumpe tímidamente,
el bullicio de los infantes crece.
Es hora de alegría y reunión:
arenilla, gritos, agilidad y garrocha.
Frío, lluvia, altura, ¿qué más da?
Son angelitos que nacen,
nutriéndose de amistad y corazón,
dispuestos a caminar sin temor.
De las paredes y del viento
brotan maestros amorosos,
padres o madres leyendo,
barrio pequeño y gigante.
Las tardes y las noches llegan,
el tiempo, amigo o enemigo,
impone sus circunstancias.
Barrio pequeño, no estás.
Tus recuerdos nunca se fueron,
tus enseñanzas nos alumbraron.
del frío, los números nos amaron;
del sol, las letras cantaron amistad.
Hoy la niña de juegos
es Madre Chiquián,
es madre ejemplar.
Ese barrio pequeño
es gigante en amor.
Los angelitos crecieron,
pero están aquí a tu redor,
alegres como antes,
en la misma esquinita,
felices por ti, Macu.
Hoy celebramos tu vida,
no solo como madre.
Sino también como guía
de fortaleza y alegría.
Con gratitud y admiración,
Nina, Hedy y Acucho
(La
Pluma del Viento)
Lima,
18 de mayo de 2025
Nuevamente
las fotos, los aplausos no cesaban, sabíamos que nos estábamos excediendo el
tiempo otorgado, pero como ya era lo último que faltaba, Hedy abrió la cajita,
Nina la abrazaba a Macu, y Acucho el Houdini desde la niñez, sacó de la caja un
plato metálico, levantó a lo alto diciendo:
-este es
el recuerdo y homenaje que hacemos a nuestra amiguita, de parte de los
"angelitos" de ayer”- Los aplausos retumbaron el local, esperé a que se calmaran, querían saber qué decía.
Lo leí calmadamente, sabiendo que estábamos llegando al final de nuestro
homenaje a la amiguita de infancia y de toda la vida.
BARRIO VENECIA
A:
Macu Calderón Vicuña
MADRE CLUB CHIQUIÁN 2025
En reconocimiento a su incansable esfuerzo y dedicación
como madre, amiga, pilar fundamental de nuestro Chiquián.
Su vida ha sido y es ejemplo de amor, sacrificio y superación.
Hoy celebramos su rol de madre, pero también su alegría, amistad y
legado a todos los que tuvimos la fortuna de compartir su vida.
Con cariño y gratitud, tus amigos de infancia y
siempre: Nina, Hedy y Acucho.
Compañeros de juegos y recuerdos
entrañables.
Lima, 18 de mayo 2025
Leído el texto del plato, y luego de volverlo a
la caja, se le entregó a Macu, y en medio de los aplausos de todos los
asistentes, lo amiguitos de infancia se unieron en un abrazo eterno. Luego
vinieron las fotos y así terminó este número sorpresa de homenaje a Macu, por
parte de sus amiguitos de infancia de aquel histórico barrio Venecia.
La reunión continuó y seguro para Macu será un
día inolvidable.
Felicitaciones al Club Chiquián y su directiva.
La Pluma del Viento.
Lima, 27 de mayo de 2025
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