CHIQUIÁN CULTURA

Ayer me crucé con la palabra poeta ¿si no estudié literatura escribir no tengo derecho? ¿no se llama poesía lo que a veces hago? eso cubrió mi mente por unos momentos. Mi respuesta la comparo con todos con aquellos que me leen o que me visitan ellos serán lo jueces de mis contenidos no importa para mí si es poesía o rasguño. En el camino de la vida el libre albedrío es exiguo decidimos poco no más del diez por ciento y con ese margen tratamos de dar lo mejor así estudié a los números y seguí física nuclear En tanto esta disciplina busca la esencia las leyes de la naturaleza, el origen de la materia  entonces se hizo obligatorio pensar en mi origen escudriñar mi mente y explicar lo que siento. Para comunicarme conmigo mismo escribo para registrar mis huellas y conflictos escribo para no olvidar que rio, canto, lloro escribo para recordar a mis padres ausentes escribo No frecuento escribir de mis amores  porque valoro mucho a los que saben de eso y prefiero hablar de lo que veo, y siento

  Cuando recibimos una invitación para el aniversario de una persona que conocemos casi desde los inicios de nuestra conciencia, en la niñez, y que es de nuestro querido pueblo allende los Andes, ahora radicada en la capital, Lima, nos invade una mezcla de alegría y nostalgia. En su tarjeta se lee: "Hay momentos especiales en la vida, que son especiales por si solos. Compartirlos con personas que aprecias y quieres los hace mágicos e inolvidables. Gracias por acompañarnos en este día tan especial." Esta invitación es más que una celebración; es una declaración pública de amistad y aprecio. ¿Cuántas veces en la vida hacemos esta declaración? Muy pocas. Al recorrer nuestra vida, nos damos cuenta de que nuestra amistad es profunda, sincera y valiosa. En nuestra memoria compartida, casi el 80% de los recuerdos tienen que ver con la infancia, la adolescencia, y un poco con la vida en la capital, pero casi siempre relacionados con nuestras actividades en el pueblo: fiestas

  Hoy, al reunirnos para despedir a doña Nieves Ibarra de Barrenechea, nuestra querida Sra.   Ñipi, siento que es un momento para recordar, no solo a la gran madre que fue, sino también a una época dorada de nuestra infancia en el barrio de Agocalle de Chiquián, ese rincón que nosotros, los niños, solíamos llamarla de Venecia, por las corrientes de agua que surcaban por la estrecha calle en los inolvidables inviernos. Doña Ñipi, junto a don Arturo, no solo fueron padres amorosos de una familia que se dedicaba con esmero a la ganadería en su recordado Coris, sino también que en parte fueron guardianes de nuestra niñez. Recuerdo como si fuera ayer, esa gran puerta que siempre estaba abierta para nosotros, los niños del barrio. Al cruzarla, nos recibía el acogedor patio, y si de tanto en tanto ingresábamos a jugar en la gran sala, un espacio que para nosotros parecía tan amplio como nuestros sueños. Pero más allá de los juegos y alegría que nos prodigaba, lo que hoy me llena de nost

  Gracias, silencio, por tu presencia serena, por envolverme en tu manto de quietud, por permitirme escuchar mi voz interna y conectar con mi esencia y mi virtud.   En tu abrazo encuentro la paz y armonía, un refugio donde puedo descansar, donde las palabras pierden su valía y puedo simplemente ser y respirar.   Eres la pausa en medio del bullicio, el bálsamo que calma mi ansiedad, me ayudas a encontrar mi equilibrio y a conectar con mi verdadera realidad.   Gracias, silencio, por tu regalo sagrado, por enseñarme a escuchar mi corazón, por mostrarme el camino más acertado y brindarme la calma en la confusión.   En tu serena presencia encuentro mi guía, mi refugio, mi consuelo y mi verdad, gracias por ser mi compañero de vida, porque en ti, silencio, encuentro mi libertad. La Pluma del Viento Lima, 16 de agosto de 2024

Somos mente y memoria. En nosotros reside un universo interior, un Yo que se define por las circunstancias que nos rodean: familia, trabajo, la ciudad donde nacimos y residimos, en mi caso Chiquián y Lima respectivamente. También llevamos en nuestras venas, por esta semana, el dolor de Venezuela y el clamor de un mundo en crisis moral y ambiental. Así, cada día, cada minuto, sentimos la presión de estos tiempos que se deslizan entre nuestras manos. Pero este mes de agosto, mi ser entero se vuelca hacia Chiquián, a su fiesta patronal el 30 de agosto. En medio del caos de nuestro entorno, ¿cómo puedo encontrar un espacio en mi interior para dedicarlo a mi Chiquián? Soy de aquellos que regresan a ella cada dos años o más. No vengo con propuestas ni con promesas, solo llevo el anhelo de sumergirme en tu verdor, en la blancura de tus nieves, en las calles de mi infancia, en el calor de mis amigos y en los sabores de mi tierra. No es que no te quiera, Chiquián. Al contrario, es precisame

Mi soledad mundo de realidades espacio de ensueño pentagrama del silencio Comparto contigo mis tuétanos mis conjeturas mis vicios y cantos. Me conoces mas que nadie más que yo más que dios. En las noches  en las madrugadas me anticipas fuego me traes nieves Al final sin ti no había esperanzas Sin ti solo había desilusiones Por ti  las alegrías triunfan las ideas se realizan Sin ti no habría vida pero tampoco muerte. La Pluma del Viento Lima, sin fecha.

Casa con experiencia sus puertas, paredes y ventanas tienen olor a DNI a aniversarios y velorios que poblaron su patio Las marchitas flores  devuelven sonido a banda Balcón de ideas luminosas Paredes robustas alimentadas de lluvias y amor de Luchi y Antuco Hoy soportan olvidos y desdeños Aquí el fogón de sabiduría rincones de neuronas emergentes el batán, cuyes y pasto arropaban sabores profundos. Sigo mirando el pasado veo mi lecho donde nací anhelo que también sea el fin. La Pluma del Viento Lima, sin fecha.

Lo permanente es el cambio en cada mirada somos distintos Entonces donde está mi autentico no sé. Amanecí alegre, anochecí triste pero si soy el mismo ¿porqué cambio? La vida nos lleva por donde no se sabe soy un títere de mi ilusión de tu amor. Dime cómo estar junto a ti como tenerte a milímetros para no cambiar y  vivir en eterna paz y amor. ¿Donde estás? La Pluma del Viento Lima, no hay fecha.

Los grandes temas (= preguntas aparentemente complejas) solemos tratarlos cuando llega el viernes o cuando estamos en el día previo a un feriado. Esta vez por cuestiones de actividades ocurridas en el trabajo (visita de Delgado Aparicio), se puso como tema, la fusión nuclear. Entonces, como si fuera un proceso de entrelazamiento cuántico entre nuestras funciones de onda cerebrales, coincidimos en tratarlo. No tenía porque haber una pizarra, ni una decena de libros, nos bastaba el fondo nuclear de pura fisión que hay en nuestra mente y unas cuántas cervecitas, sazonadas de anticuchos libertarios. Si hablamos de fusión de hecho que es para utilizarlo como fuente de energía, entonces la cosa se alinea como cargas en un campo eléctrico. Comencemos por el inicio dijo el eterno organizador. Así planteemos preguntas en orden de lo general a lo específico. Es decir de manera deductiva. Lo contrario del estilo periodístico que van de lo específico a lo general. Las preguntas fueron: 1) Qué es l