REENCUENTRO DE LA CIENCIA, ARTE Y FAMILIA EN EUROPA
Europa
presenta la historia en sus calles, lo que la hace extremadamente atractiva. El
centro de las ciudades capitales, París, Madrid, Viena, Roma, Budapest o Praga son museos al aire libre y permanentes. Los
libros guías de turistas describen con minuciosidad sus historias, entonces se
nos estremece el cuerpo cuando la mente viaja a décadas cuando en el colegio
secundario estudiábamos textos de historia universal, admirando la música y las artes.
La semana
pasada estuve en Viena la capital de Austria y también en Madrid la capital de
España. En la primera asistí a una conferencia internacional sobre el Cierre de Centrales Nucleares, apropósito
de los efectos del accidente de Fukushima que seguramente el público lo
recuerda cuando ocurrió en marzo del 2011 y aún sigue haciendo noticia.
En esta ciudad la temperatura promedio a las
7 de la mañana que era cuando me dirigía al local del Centro Internacional de
Viena, bordeaba los 5°C, completamente aceptable para los que hemos nacido en
zonas frías (como mi caso Chiquián a 3350 msm). Por las tardes y noches
salía a admirar la amplia calle que pasa frente a la catedral San
Esteban donde se lucen escaparates bellamente decorados, caminábamos como si estuviéramos en una gran tienda; destaca la limpieza por ningún lado se ve algún resto de basura, algún perrito callejero. Para mis adentros y comparando a Lima, me decía: “quién dijo que no hay ciudades seguras, claro que la seguridad existe y esta
ciudad es el ejemplo”.
A Viena la recordamos por el rio Danubio que la
atraviesa, de aquí es el famoso vals Danubio Azul, de Jhoann Strauss, sin embargo las verdaderas estrellas son Beethoven y Mozart. Luego de comprar algunos
presentes en especial los afamados chocolates salí hacia Madrid.
Allí me
hospedé en un hotel del centro de la ciudad, porque es recomendable a fin de
poder desplazarse muy rápidamente por los lugares más representativos e
históricos a pie. Sabía de la crisis europea pero eso no se notó en Viena, sin
embargo a mi llegada a esta bella capital hispana, la encontré sumida en una
huelga de trabajadores de limpieza pública de casi 8 días, de modo que sus
calles hermosas lucían sucias.
Entonces apliqué lo que yo llamo “el poder de
la mente”, y claro que funciona. Sabiendo que esta suciedad era una cuestión
coyuntural caminaba por las calles céntricas sin darle importancia a los desperdicios, admirando su monumentos sus
iglesias, maravillándome de su apogeo de los siglos XII hasta inicios del
siglo XIX. Quedé convencido de porqué España fue durante casi 6 siglos uno de los
imperios dueños del mundo. Entonces mirando sus monumentos se puede entender hacia donde iban
las riquezas de los pueblos conquistados como Perú o México, dueños del oro del mundo desde ayer a hoy.
Ahora quiero
dar un especial énfasis a mi visita al Museo del Prado de Madrid, sabía que
España tiene 7 premios nobeles todos en Literatura (incluido M.V. Llosa), 1
medicina, no tiene otro en las áreas de ciencias básicas, lo que le da una
imagen de postergación a la tecnología, mientras que Estados Unidos tiene 8 nobeles en Literatura, pero casi 200 en las categorías de ciencias
y tecnología. Frente a estos datos uno encuentra ciertas explicaciones a la
crisis española porque estuvo alejada de la ciencia y tecnología. Esa idea la tenía muy profundamente entendida.
Sin embargo este punto de vista ha variado luego de presenciar las impresionantes obras de pintura del Museo del Prado. En este museo había un listado
amplio de pintores cuyos cuadros son realmente admirables tanto que volvió
a mi mente las preguntas siguientes: ¿Qué es más trascendente y valioso la tecnología o el
arte?, ¿quién te devuelve más sosiego y paz?, ¿finalmente qué debemos priorizar: el
progreso material o espiritual?, ¿o es que en
ambos se expresa la gran inteligencia humana?.
Ciertamente mientras que en
Italia estaba surgiendo la ciencia moderna con el genial Galileo, en esos mismos años en
España el gran pintor Diego Velásquez hacía el cuadro de las MENINAS (1656), la
que es considerada la obra más famosa del Museo del Prado, frente a ella la
mente se obnubila y el corazón se extremese de admiración. Podría seguir
hablando de las obras de los cuatro grandes de Murillo, Rubens y Goya, pero no
podría posponer a El Greco o a VanDyck etc.
Entonces convencido de la grandeza de
España en este campo de la cultura humana, salí complacido de admirar el
intelecto humano y convencido que las ciencias, las letras y las artes, son
complementarias, todas ellas demuestran la capacidad de la especie humana. Compré un libro sobre
este museo y me fui contento tanto como si hubiera visitado la casa de Newton o de Einstein.
Pero este viaje
a Europa y al reencuentro de la ciencia y el arte, se coronó cuando
subí al tren bala desde la estación central de Atocha en Madrid, el tren
es uno de los mayores aportes
tecnológicos al ferrocarril, pues va de manera normal, rutinaria, a la velocidad
de 300 km/hr, casi como si subiéramos al coche del campeón mundial de fórmula uno, así que recorrí 500 km, en solo dos horas, hacia Valencia al oeste de Madrid y desde allí a la ciudad costera,
de XABIA, que nuevamente nos muestra la característica de Europa, limpia, moderna y calma, esta ciudad está en el
mar mediterráneo, donde reside y trabaja
mi sobrino Piero Cáceres Zúñiga, como médico en el Centro de Salud de esta ciudad.
Él y su familia constituida por su esposa Joyse, también médica, y
su pequeña hijita, Gemita, de un año me recibieron como solía ser cuando
vivían en el barrio de Monterrey en Huaraz, y yo iba a jugar fútbol o
visitarlos. Esta vez la naturaleza se confabuló con el acontecimiento en lugar
de cohetes artificiales cayó una lluvia real, acompañado de truenos y
granizada. Y, en el restaurante festejamos el aniversario de Gemita, acompañados de un pollito y vino.
En medio de esa algarabía y alegría. Volvieron por mi mente, la
enseñanza de sus padres, Antuco y Nili, o de sus abuelos de aprecio a la
educación como la herencia más valiosa.
Ellos son un ejemplo de que con la
educación el ser humano se hace dueño del mundo, las culturas se hacen globales,
el conocimiento es global, así que mi mensaje final es decirles a la juventud
chiquiana y bolognesina, que confíen en la educación, no importa en el lugar
donde estén, hoy, porque cuando crezcan serán dueños del mundo, dueños del
conocimiento que abarca, la ciencia, las letras, y el arte, ninguno es mejor
que el otro, más bien todas son las expresión más bella de la inteligencia y
cultura humana.
Mis saludos
desde Lima, a mis queridos sobrinos Pierito, Joyse y su hijita Gemita, que espero
volver a visitarlos y compartir nuevamente la satisfacción de representar la
sangre estudiosa chiquiana, en lugares tan lejanos pero cercanos para la
humanidad.
El Zaguan de
Oro Puquio
Lima, 24 de
noviembre de 2013
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