RAÍCES EN EL ANDE, SUEÑOS EN VIENA


Hoy domingo del mes de julio,

tras varios días de viaje a Europa,

vuelvo a mi rincón querido,

donde la mente siempre explota.

 

¿Cómo el niño del Ande llegó a Viena,

exponiendo su trabajo con esmero?

¿Qué destacar para que otros sigan,

ese camino sincero y verdadero?

 

En mi infancia, barrio Venecia de lluvias,

donde el agua discurría en invierno,

en casa me guarecía y me volví lector,

de Esopo, enciclopedias, y sueños eternos.

 

En Chiquián, los altillos guardaban,

papas, paltas, chirimoyas con amor,

mi madre, sabia de su organización,

ordenaba con precisión y extremo fervor.

 

Subíamos a buscar los tesoros,

en baúles de mi abuelo Agustín,

entre plumas y cuadernos antiguos,

la historia y la letra brotaba sin fin.

 

La Biblioteca Internacional, gigante,

con tomos de la humanidad entera,

y en mi sala, el Tesoro de la Juventud,

Selecciones y fábulas fueron mi eterna cantera.

 

En el Seminario San Francisco de Sales,

mi secundaria con música y arte la viví,

cantábamos en coro, pintábamos paisajes,

en Huaraz, las voces y los colores descubrí.

 

La universidad me llevó a la física,

dejando atrás la ingeniería soñada,

en la UNI, mi madre y su esfuerzo,

fueron la fuerza de mi jornada.

 

Galileo, Newton, Einstein, Curie,

nombres de Europa que me inspiraron,

como Antúnez de Mayolo, el viajero,

la ciencia y la historia me guiaron.

 

En los museos de Schocbrum, Sisi, Albertina,

mi historia regresaba con cada paso,

la limpieza, el respeto, el orden,

recordaban mi Chiquián y su abrazo.

 

Allí, el hábito de la creatividad florece,

en música, arte, letras y números,

promoviendo eventos y talleres,

creatividad en los niños primero.

 

La ciencia en laboratorios transcurre,

entre instrumentos, sustancias y cálculos,

preparando artículos precisos y sintéticos,

resultados, publicaciones y conferencias.

 

El esfuerzo de meses se refleja,

en presentaciones de alto calibre,

gestionando conocimiento, proponiendo redes,

para el bienestar sostenible de todos.

 

Viajar a Europa, fue un sacrificio biológico,

el cambio de horario, y la exposición final,

visitas breves a museos, y el regreso inmediato,

a una Lima de humedad, frío y niebla matinal.

 

El trabajo del científico es arduo,

no solo mental, también físico,

pero es mi recorrido elegido,

homenaje al conocimiento creativo.

 

Gracias, Chiquián, por forjar en mí,

un amante de la creatividad sincera,

música, arte, letras y números,

pueblo querido, mi eterna bandera.

 

La Pluma del Viento

Lima, 14 de Julio de 2024

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