CHORRILLOS Y SAN ANTONIO SABOR Y RECUERDO

A pocos minutos de una reunión de académicos, y siendo la hora de almuerzo (las 14 horas), me quedé por Chorrillos, no llegaba a casa para saciar el hambre. Además después de muchos días, casi 21, tenía la suerte de estar frente al mar. Las playas reales son frente a un océano y no frente a un río por mas Danubio que sea. Así que me detuve en el restaurante, y como no podía abusar de comidas frías, pedí un chupe de pescado, en el Punta Arenas. Soberbio como siempre este lugar, limpio, y con el sabor preciso. Este plato caliente era el que cumplía, la doble exigencia: cubrir el hambre y sabor. La comida peruana, siempre exige acompañarla con algo, no se puede comer solo, y por su puesto la primera opción en este restaurante es el pisco sour, o finalmente una cerveza. Nada de eso podía, pues tenía solo días de haber estado con una gripe sin precedentes, así que me conformé con ese plato  rojizo, huevo frito en la cima, filetes de pescado, habitas, arroz y mucho sabor.  

Y porqué tanto hambre, me preguntaba, lo que ocurre es que hoy por la reunión de aquí a las 8:30 h, no dio tiempo para tomar desayuno. La reunión era el inicio del ciclo académico del CAEN, invitaron a los docentes a participar. Allí nos concentramos casi 80 personas. El local de Chorrillos es un ambiente dedicado a las clases, la totalidad de los cursos están relacionados con posgrado: maestría  y doctorado, preferencialmente en los temas de Defensa y Desarrollo. Mi materia filtrada en estos ambientes es "Ciencia y Tecnología para la Seguridad Estratégica". Se ha tornado muy atractivo, porque el desarrollo de la tecnología es tan contundente, que no hay persona que no esté interesada en explicarse de lo que está pasando en el mundo: la tecnología seguirá avanzando, qué será del país el 2050, y cuál será el papel del ser humano. (los libros de Harari, son un linda presentación a estas preguntas y respuestas). 

La protagonista de la sesión, fue la doctora, en psicología Sra Sabina Núñez Altamirano, ella intentó, con sus infinitas habilidades (exposición, voz nítida, dinámicas, y transito entre los grupos de trabajo) explicar el reto en la educación de personas adultas compartir con ellos, el tema que uno expone, y cubrir de la mejor manera su interés y utilidad de ellos. Cómo: utilizando todas las herramientas tecnológicas, posibles pero cumpliendo con las competencias que el alumno debe adquirir en la materia. Terminada la exposición posamos para una foto global. Estas aulas tienen tamaños colosales, no hay una que no tenga estrado, sillones muy cómodos, cuánta diferencia con mis aulas de la UNI, incluso en los posgrados. Estas aulas del CAEN (antes escuela de oficiales del ejercito) fueron construidas para ese fin: enseñanza en ambientes adecuados. Aquí en cada pared y gota de aire se respira al General Jose del Carmen Marín, con su mensaje símbolo de esta institución: las ideas se exponen no se imponen.

Terminado el chupe, me enrumbé hacia el San Antonio, para cerrar el almuerzo con un cafecito y algún postre. Ocupé una mesita esa que da hacia la calle porque mirar hacia afuera, es sinónimo de mirar tu adentro, así la memoria me llevó a múltiples reuniones que había tenido aquí al inicio del presente siglo, cuando hacía la maestría en Políticas Públicas en el Instituto de Gobierno de la Universidad San Martín de Porres, cuyo local quedaba en la esquina del parque Reducto de Miraflores.  Aquella quinta promoción, éramos muy estudiosos. Solíamos campeonar en los campeonatos semestrales de debate, donde el jurado estaba precedido por nada menos que Alan García, en ese entonces director del Instituto. Saludo a algunos integrantes de esa promoción: Renato, Pancho, Eduardo, Susana, Maricarmen, con quienes frecuentábamos charlas, reuniones de estudio y mucha camaradería. 

Para algunos, este recuerdo talvez signifique una declaración de afinidad ideológica, pero no es así, era más bien, el encuentro entre personas, que proviniendo de diferentes vertientes del pensamiento, y profesiones, solíamos reunirnos para entender a nuestro país, proponer soluciones. Ciertamente, pocos meses después García se convertiría en presidente de la república, y con él muchos profesores, y colegas de estudio, pasaron a ocupar diferentes carteras ministeriales . Fue muy enriquecedor, estudiar, razonar y aplicar. Es muy difícil tener todo ese paquete junto en una promoción o en un Instituto. Esa quinta promoción la tuvo. Por ello desde esta esquina miro al Instituto y miro mi baúl plagado de recuerdos. Y siento nostalgia por saludar a cada uno de mis colegas con quienes hicimos mucha amistad, y seguro que eso lo llevaremos hasta el fin del universo. 

Terminado mi postre y café, y también la nota que les comparto, cerré la memoria, la Pluma y la tablet. 

Ahí va la foto.