DESDE EL AIRE UNA SEMANA DE ESTRES NUCLEAR
Son las 21:55 (hora peruana),
aproximadamente ya tenemos 1 hora de vuelo. Aquí arriba hay un sonido
permanente del motor no muy fuerte
pero lo suficiente para ocultar cualquier dialogo que se hacen entre los
pasajeros, a lo sumo escuchas al que va a los costados. Pareciera que el tiempo
se detuvo o discurre muy lentamente tanto que en esa hora ya dormí algo. Ya pasaron las aeromozas y nos brindaron un refresco. Pedí manzana acompañado
de un sobrecito de maníes, adiós dieta, me decía, con ese tremendo dulzor de la
bebida.
Como todo es calmo el momento es inmejorable para escribir, o leer, pero la
mayoría están mirando TV que va en la parte posterior a cada asiento, con sus
respectivos audífonos cada uno está en su mundo.
De rato en rato el gran avión
siente la fuerza de la naturaleza y se remece, en otras pasa por badenes
aéreos. Viajo en clase económica, estoy en la columna de la derecha cuando se
mira al piloto hay tres asientos, me tocó el pasadizo, es bastante cómodo. En
la columna central hay 4 asientos, lo que da un total de 10 por fila, haciendo
un estimado, seguro que hay unas 50 filas, eso da unos 500 pasajeros.
Mi vuelo
es el KLM 744, el horario de salida estaba escrito para las 20.15 horas, que
arribaría a Ámsterdam a las 16.45 h. Si
hacemos una comparación para estimar las horas de vuelo, a las 8.15 h van 12
horas y si consideramos que la diferencia horaria es de 6 horas, hace como si
hubiéramos salidos a las 14.15 horas, así el vuelo será de 12.15 horas + 2.45h
= 15horas.
Y, cómo no se va a dormir bien el día de mañana (domingo 4 de mayo)
va ha hacer mucho sueño, pero no conviene dormir, sino esperar hasta la noche.
Llegado a Ámsterdam debo tomar otro vuelo, que me llevará a Viena y sale a las
17.15 horas, para llevar a mi meta a las 19.15 horas. Tomando un taxi desde el
aeropuerto hasta el hotel, podría demorar 45 minutos, y mas el tiempo de retiro
de maletas y paso por migraciones debo estar llegando al hotel a las 21 horas,
con un cansancio demoledor, así, sacaré la ropa y prepararé mis cosas para
levantarme muy temprano, máximo a las 6 horas creo que el cuerpo solo lo hará.
Y, luego comenzará las sesiones de trabajo, imparables y estresantes durante 4 días
(mañana y tarde), hasta el medio día del viernes. Solo me quedará el sábado
para visitar la hermosa ciudad de Viena, eso me vendrá como un bálsamo que
mitigue el estrés nuclear.
La Pluma del Viento
Sobrevolando el Perú, 03 de mayo
de 2015
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