EL TRABAJO: ¿OBLIGACIÓN, BIENESTAR, FELICIDAD?
Algunos vamos al trabajo porque es una obligación, en tanto desde ahí defendemos nuestra comida, disponemos recursos para estudiar, disponer de acceso a clínicas, adquirir un vehículo, salir a cenar, ir de paseo, adquirir artefactos que nos dan comodidad y por supuesto, colaborar con la atención a nuestras madres ya octogenarias.
Sin embargo, algunos con la edad de 60 años o más no queremos continuar trabajando del modo actual, a cambio de ese trabajo obligatorio quisieramos dedicarnos a otra cosa que conforme pasa el tiempo va gustándonos más, como puede ser, el caminar por calles de ciudades históricas, sentarnos a tomar desayuno en alguna esquina bajo un árbol, y desde allí mirar y escribir sin límite de horarios el infinito interior de lo que veamos, o también adentrarnos en la adorable fantasía leyendo. Para luego desde ahí enviar el reporte a algún medio de difusión a cambio de eso recibir un pago que sin ser excesivo nos permitiera mantener la vida que nos resta. Me uno a este grupo, sería mi trabajo pleno de felicidad allí estaría de acuerdo con C. Colón (“Encuentra la felicidad en el trabajo o nunca serás feliz”), el cual lo considero muy idílico y distante de la realidad.
En este día del trabajo pensar de ese modo no es infringir una traición a mis amigos sindicalistas ni clasistas es simplemente ponerme en el caso de los habitantes de los estados nórdicos, donde se jubilan a los 50 años y luego caminan por el mundo. Empero esto también ocurre en el Perú para algunos sectores que reciben sueldos de célula viva después de jubilarse. Entonces porqué esto no se da para todos los trabajadores. La mayoría de los empleados públicos estamos en otra realidad, podemos jubilarnos recién a los 70 años, y cuando lo hacemos la remuneración que nos corresponde por la AFP caería a casi una quinta parte de lo que ganamos hoy, entonces con ese pequeño monto tendría que hacer los reportes desde las plazas de los barrios de Lima solamente y desplazarme con microbuses, pero tampoco me aceptaría algun medio de comunicación, escribir notas, porque ellos están tomados por grupos de letrados, donde los especialistas en números no existen. Así, con esa remuneración no me alcanzaría ni siquiera para cubrir mi cuota actual de seguro privado de salud, por lo que tendría que ir a establecimientos del seguro social nacional, y de ese modo hacer colas decenas de horas para recibir medicamentos de poca eficacia.
Pero, "es que el trabajo de un científico es aburrido, y mal pagado", se preguntarán. No y si, es mi respueta. Respecto a lo primero la respuesta es NO, no es aburrido, por el contrario es tan interesante que pierdes la sensación del mundo externo donde las letras y ciencias humanas reinan. Empero, siendo la curiosidad del científico siempre muy grande cada vez que avanza en sus estudios las preguntas se tornan más profundas y sencillas pero de difíciles respuestas. Entonces, en tanto muchas de las respuestas salen del espacio de las ciencias naturales, tiene razones para buscarlas en espacios más allá de los números e incursiona en una mixtura de letras y números. Sin embargo, esto solo se puede dar a edades tardías cuando la experiencia abunda y debería debería haber más tranquilidad cosa que se dan en otros países pero no en el nuestro.
Pero, ¿Cómo hacer letras y números, acaso los talentos no son contradictorios?. ¿Qué dice la historia?.
Un antecedente para esta dual vocación de letras y números es el caso de E. Schrödinger (Premio Nobel de Física de 1933), quien decía: “No quiero dar la impresión de que únicamente me interesa la ciencia. En realidad, mi primer deseo fue el de ser poeta. Sin embargo, pronto descubrí que la poesía no era un oficio bien pagado. La ciencia, por el contrario, me brindó una carrera”.
Esta mezcla de letras y números en la actualidad se ha incrementado, bajo la denominación de divulgación científica, pero está muy dirigida a un público relativamente selecto, olvidándose de la mayoría de los ciudadanlos que han terminado prefiriendo la pseudo-ciencia (fenòmenos sobrenaturales, ovnis, astrología etc).
Entonces, hay un vacío de llevar esa divulgación hacia las grandes mayorías, en medio de la vigencia de tecnologías de la información abundante. La competencia tiene que ser entregando un producto atractivo, por ejemplo no hay pierde si se buscan respuestas de la ciencia a las tres preguntas de los orígenes que son los de mayor interés de la especie humana: ¿Cómo se originó el universo?, ¿Cómo se originó la vida?, y ¿Cómo se originó el pensamiento?. Este el espacio de mi mi trabajo con el que sí alcanzaría felicidad y bienestar.
LA EXPLICACIÓN ES HUMANA
En cada recodo de esta mesa cósmica
Busco la explicación científica
Incomoda no tener una respuesta
rápida
No obstante persisto entre papeles y
bits
No es suficiente la teoría cuántica
Ni la teoría de la relatividad
Porque la luz puede estar también
En el soneto o poema de Vallejo.
En la narración de García Márquez
O en los ríos profundos de Arguedas
Los números y las letras expresan
igual
La grandeza de la especie humana
La búsqueda persistente de la
explicación
De cómo surgió el universo
De cómo surgió la vida
De cómo surgió el pensamiento
Y de porqué somos como somos
Indagar, comprender y comunicar
Está en nuestra esencia
Nunca aceptar sin cuestionar.
La Pluma del
Viento
Lima, 4 de mayo
de 2019
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