Entradas

Mostrando entradas de noviembre, 2019

EL BARRIO DE LOS MUSEOS EN VIENA Y LA CULTURA TURÍSTICA

Imagen
  Entre cansado y deslumbrado escribo esta nota, sentado en el Café Bar, Di Dario Trucco, teniendo al frente al hermoso palacio de la Opera de Viena. Este hecho bien valió, hacer un alto, en medio del trajín de un día esforzado. ¡Cómo puedes trabajar en lugar de visitar tantos monumentos!.  Muchos jóvenes dedicados al arte y particularmente a la música, habrían querido estar en mi lugar. Aquí nació y vivió el más grande músico de todos los tiempos, Wolfang Amadeus Mozart (1756-1791). Estoy en una mesa pequeñita de las muchas que hay, en un ambiente para no fumadores, a través de los vidrios veo en otros ambientes, a grupos de jóvenes, hombres y mujeres, luciendo inmensos vasos color oro de cervezas espumantes. Se nota que es el trago predilecto. Y para eso no se requiere ser necesariamente joven.  Como ocurrió ayer cuando fui a cenar, en este mismo barrio de museos, denominado: “Museumsquartier”. Era un sótano, antiguo, donde lo único nuevo era el aire acondicionado

VENEZIA EN VIENA, Y VENECIA EN CHIQUIÁN

Imagen
A dos cuadras de la Catedral de San Esteban, aguardo el inicio del Concierto, que se dará en la propia iglesia. Compré intermedio a 25E (Euros), el más cercano estaba a 35E, y el más alejado a 15E. En 30 minutos comenzará, a las 8:30 pm, estando con la cultura alemana el inicio debe ser exacto, me sobresalto. Espero devorar rápido el Espagueti a la Bolognesa, que pedí acompañado de un Merlot Tinto, 1/8 (de botella, un cuarto de copa). Afuera frio, aquí dentro tibio. Desde este segundo piso, se ven adornos navideños en toda la calle, inmensas arañas luminosas cuelgan de lado a lado, artísticamente montadas con miles de foquitos, dando la sensación de hogar. Este ambiente que me llevó súbitamente a mis recuerdos de las misas de gallo, en mi barrio Venecia, de Chiquián, que junto a mis amigas de infancia, Nina, Macu y Edi, disfrutábamos los hermosos villancicos entonado por los Niños de Viena que se oían desde la sala de alguna de nuestras casas. Este recuerdo m

AGUAS DE HUSGOR Y DON RAUL ESPEJO

Imagen
Aguas de Husgor, aguas hechizadas,  son tus praderas testigos mudos  de mis amores con una chiquiana.  Fango y lodo solo ha quedado y  agüitas turbias del recuerdo mío. Así se inicia una de las canciones más representativas de Chiquián. Así como llevamos encarnado en nuestros sentimientos al nevado Yerupajá, o al justiciero Luis Pardo, igual sentimos que en los cimientos de cultura y recuerdos, está el paraje de Husgor, la  catarata, la curva, el reservorio, y en la parte baja la casa, el fundo de don Alberto Espejo. Son sinónimos de esa raíz chiquiana que no se borrará jamás. Cuando niño, veía como subían porongos de leche en burros que llegaban a Chiquián, venían de Husgor de las vacas de señor Raúl Espejo.  El a veces arriándolos a pie, otras veces montado a caballo, sombrero corto, poncho abano de rayas claras doblado al hombro, ingresaba por quiullán, subía por dos de mayo camino a las queserías. Muy tiernos dejamos Chiquián para estudiar secund

LA GRADUACIÓN DE ANTONIO ZÚÑIGA ROMERO - UNA META CUMPLIDA CONTINUA EL CAMINO

Imagen
Parecía ayer cuando recuerdo que ni a un mes de nacido, el bebé Toño, entraba por primera vez a a su casita alquilada del barrio de Palao, en aquella oportunidad el cuerpo se me estremeció, cuando sentí el frío del cuarto, sus paredes nos recibieron con una humedad desafiante y agresiva, me pregunté con dolor, cómo soportaría el niño este ambiente. Sin embargo no les dije nada, porque sus jóvenes padres tuvieron la decisión de iniciarse como familia solos, y tenían que enfrentar esta y otras realidades con valor, amor y unión. Así, sobrellevaron estos inicios, y muy pronto dejaron esa casa alquilada, a una cuadra de la panamericana norte, y se fueron hacia el barrio de Santa Rosa, una pujante urbanización cerca al aeropuerto, con casas hechas para vivir con comodidad, había un campo de fulbito al frente de su casa, donde junto a mis sobrinos: Yuse, Piero, Nei, Jose, Cesar y Miguel, llegábamos los sábados para jugar y conversar, con deleite y calidez. Allí, creció el n