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NÚMEROS Y HUMANIDAD

«Allí, desarraigados o abandonados, ancianos vendiendo para sobrevivir. Cuerpos curvados, rostros gastados, enfrentan el destino cruel del olvido, sin importar el clima ni la oscuridad.» Esta semana, mientras caminaba por las calles de Lima —entre el eco colonial de sus balcones y el bullicio indiferente de la modernidad—, un anciano vendiendo dulces bajo la lluvia me detuvo en seco. Su mirada, cargada de historias calladas, me persiguió hasta la ceremonia donde recibí mi diploma, rodeado de jóvenes que brillaban como pantallas nuevas.  Al día siguiente, en la llegada del día, desde mi punto de apoyo, escribí   «Números y Humanidad» : un poema que nace del conflicto entre mi pasado de científico (criado entre ecuaciones y silencios: mi ser tecnológico) y este presente donde la vejez, la soledad y el abandono se alzan como cifras que nadie quiere sumar (mi ser humano).  ¿Por qué compartirlo hoy?  Porque este poema no es solo mío. Es de los abuelos olvidados en las ace...

LA HUMANIDAD DEL FUTURO: LA VEJEZ, LA CIENCIA Y EL CAMBIO GENERACIONAL

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Cuantas veces caminando libre de culpas por aquellas hermosas calles e históricas a lo sumo me detenía para tomar un cafe acompañado del queso chiquiano, esta vez, no me dió tiempo para ello, más bien me devolvió, dolor y preocupación.  Situación y Preguntas Clave Recientemente, me encontré con tres escenas que me sacudieron profundamente, como olas persistentes en el mar de la reflexión. Tres momentos que hicieron detenerme a pensar sobre la vejez, el tiempo y el espacio en el que vivimos en este mundo acelerado por la tecnología. La primera escena la viví caminando por el centro histórico de Lima, donde me detuve ante una imagen desgarradora: ancianos, con cuerpos encorvados por el paso de los años y rostros marcados por la vida difícil, vendiendo productos en las calles. Estos ancianos, que deberían estar en la calidez de sus hogares, rodeados de su familia, se veían obligados a sobrevivir en el asfalto de una ciudad que avanza imparable, sin lugar para ellos. ¿Por qué tan...

EDGAR , EJEMPLO DE VIDA

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En su casa, en ese mismo lugar donde antes habíamos celebrado su aniversario entre risas y brindis, ahora nos encontrábamos escuchando su voz serena mientras nos llevaba por los caminos de su vida: algunos trazados con rosas, otros con espinas. Eran los primeros años de los noventa. Por necesidades del trabajo y con la llegada de nuevos técnicos, me encontré (yo ingresé al IPEN unos seis años antes) con un grupo selecto de técnicos recién egresados en tecnología nuclear. Entre los diez o doce mejores estudiantes que se incorporaron al IPEN estaba Edgar, técnico electrónico egresado del prestigioso Cueto Fernandini. Él se unió al equipo de mantenimiento electrónico en la sede central de San Borja, donde compartía labores con otros especialistas del área. En aquella época dorada, entre los años ochenta e inicios de los noventa, el IPEN vibraba con intensa actividad deportiva. Fue en esas canchas donde vi por primera vez a Edgar defender con pasión los colores de su equipo: Mantenimient...

CÓMO NO SER ASÍ

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Somos lo que nos cobija, donde por primera vez lloramos Allí sellamos nuestro futuro ser Entonces, ¿cómo no ser así?   Aquella madrugada fresca aprendí el olor a nieves pulcras; sentí que viviría con el aroma del verde percibí que las lluvias eran cantos al alma   Cómo no amarte naturaleza si construiste mi camino a la libertad, si de tus aguas limpias amé las flores, si contando los rocíos, entrené mis números?   La justicia y la valentía brotaban de tu historia Los jinetes lucían esplendor entre avellanas Las bandas musicales unían en agostos religiosos ¿Cómo no ser verde y rojo si competí con ellos?   Las crónicas, los guiones, las partituras nos acompañaron entre aulas, desfiles. Ora pizarra, ora teatro, ora sembríos, ¿cómo no amar, la ciencia, la música y la poesía? Si nací en el ande libre como el viento, cómo no pensar sin ataduras Si nací entre nieves límpidas cómo no amarte madre y padre   Si ...

NACÍ EN EL ANDE

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Todos tenemos un origen: es el lugar donde nacemos, donde se impregnan los latidos del entorno en cada gota de nuestra sangre. En nuestras neuronas se graban las sensaciones profundas del universo; también, nuestros sentidos se nutren de sus colores, de sus sabores… hasta el viento que trae el mes se vuelve propio desde que nacemos. En aquel lugar, mis primeros hálitos sintieron el aire fresco y claro que venía de los prados verdes y de las nieves de la cordillera. A través de las paredes de mi dormitorio, oía el goteo del rocío que cobijaba los alfalfares nutritivos. En mi tierra, situada a 3350 msnm, cuando evoco mis inicios, siento que me formé amante del silencio, admirador de la naturaleza, y del canto de las aves que acompañaban mis caminatas cotidianas hacia los campos, al encuentro de becerritos, vacas y pasto matinal; eran mañanas plagadas de alegría y paz. ¿Cómo no amar los poemas, si todos los días escuchaba el canto de ruiseñores, el cariño de la lluvia que abrazaba n...

AMIGO TECNOLÓGICO

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El azar está presente siempre: unas veces para el gozo, otras, en la dificultad o tristeza. Ante todo, enfréntalo sin temor. Puedes estar en el infinito o solo, sin compañía. Siempre, habrá quien ayude: tal vez un objeto… o el viento.  Mas en tiempos tecnológicos, cuidado: lo digital ha inundado el universo. Hasta el alma ostenta un código QR, el color, el eco, mi voz… tienen password.  No me incomoda lo moderno, pero ¡qué difícil es seguirlo! Reclamo mi ingravidez científica, le pido a la naturaleza colaboración.  Escucho en solitario el eco del Big Bang. Nadie me da la mano. Este producto no responde. Hasta que un espíritu se apiadó… y llegó.  Fue la mano, la idea, el amigo inseparable. Pasó su índice… y se resolvió. La máquina lo entendió, lo reconoció. Se sonrieron como cómplices.  Comprendí que el saber es único. Salvada mi dificultad repentina, camino feliz con la tecnología. Aunque solo lo entiendan los técnicos, me bas...

A PESAR DE TODO

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Un día como muchos, mi jornada laboral había llegado a su fin. Desde las 7:30 hasta las 15:30 estuve cumpliendo mis labores, como es habitual. Soy de los que suelen salir casi al último, cuando ya los buses se han marchado y solo quedan aquellos que tienen movilidad propia o prefieren quedarse un poco más. El lugar donde trabajo está algo alejado, y sin esos buses —cuatro unidades de unos 60 pasajeros—, no es fácil encontrar transporte público o taxis. Cerca de las 16:00, me dirigí a mi auto. A unos 15 metros de distancia, saqué la llave y presioné el botón para abrirlo, esperando la respuesta habitual: el claxon sonando y las luces direccionales parpadeando. Pero esta vez no ocurrió nada. Repetí la acción dos o tres veces. Nada. Pensé que quizás había dejado las luces encendidas y la batería se había descargado. Mientras evaluaba la situación, algunos trabajadores, que aún no se habían retirado, se acercaron para ofrecer ayuda. Eran compañeros del área de talleres, expertos en mec...

MIENTRAS EL CORAZÓN LATE

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  Qué sublime es el aire cuando se recibe en salud. Mente sana en cuerpo sano , ¡qué mensaje tan vital y divino! En este torbellino cotidiano difícil es hallar espacios de salud. Vivimos atrapados por el trabajo, como si el cuerpo fuera eterno. Pero muchas veces, tarde es cuando duele. Mientras el corazón late, parece suficiente. Creemos que la juventud es permanente, Sin embargo, de pronto, ya somos setenta. No tomamos previsiones. Somos cuerpo y mente de urgencias. Ignoramos el malestar si no nos detiene. Sabio es cuidarse mientras sano estas. No hacen falta comodidades. Cuando la mente decide cuidarse, cualquier rincón se convierte en templo. Empieza hoy. Solo eso basta. Mis pulmones aspiran profundo, mis pasos se afirman mejor, mis brazos y músculos responden: esta rutina es vida. Es salud. Padre. Madre. Ustedes me acompañan en cada paso, en cada suspiro. No me arredran las dificultades, porque siempre recordé su mensaje: Mente sana en cuerp...

MENTE SANA CAMINANDO SANO

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Había ido múltiples veces al médico, y al revisar los resultados de sus análisis, la conclusión siempre era la misma: —Camine al menos 30 minutos diarios. Parecía una tarea sencilla. Pero como científico, su trabajo había sido mayormente sedentario: horas sentado en su oficina, en su casa, o desplazándose siempre en auto. Hasta para ir al barbero usaba el carro. El automóvil, más que herramienta, era ya una extensión de su cuerpo. Una mañana, mientras trabajaba desde casa en modo virtual —pues ya se había jubilado—, se levantó de su escritorio a las 12:30. Le dolía la espalda. Caminó unos pasos y, como aún faltaba una hora para el almuerzo, se dijo: "¿Por qué no caminar aquí mismo?" No le agradaba salir a la calle a paso rápido, y menos aún al parque, que quedaba a dos cuadras. Le molestaban los canes sueltos, y no le entusiasmaba usar ropa deportiva en público. Sin embargo, admiraba profundamente a quienes salían todos los días a caminar, a cualquier hora, con una reg...

RETABLOS DEL TIEMPO

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Quiero brindarte mi aprecio En tu espacio mi luz anida Con tus hilos  la paz tejo Tu fuerza es mi pensamiento. ¿Dónde tus ecuaciones labras? ¿Con quién cambias conjeturas? No sé … mas siempre resuelves: Ni lo proscrito ni lo imposible existe.   En la soledad y el silencio es cuando muestras tu esencia Abrir tus puertas es satisfacción Tus retablos son mi memoria   No te cansas,  transmutas puedes ir de lo oscuro a lo brillante del fango a la rivera limpia de números a letras ornamentadas Nunca te ahogan las tinieblas   Al principio, no hallaba tu rostro en dimensión desconocida vivías hasta que descubrí tu morada desde entonces eres mi motor   Perdona mi descuido Mi ingrato olvido “No tengo tiempo”, digo, Mas sabes te admiro   Hoy pasé revista al espacio y al tiempo y no hay mejor compañía que tú mente,   de paz   Contigo nació mi memoria contigo comenzó mi tiempo ...

MENTE RECUPERADA

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En la quietud de un amanecer en Lima, donde el pulso de la ciudad aún dormía bajo un velo de neblina, Isaac despertó con una claridad que no había conocido en meses. El reloj en su mesa de noche parpadeaba las 5:00 de la mañana, su tenue luz verde un suave reproche a las horas que alguna vez había malgastado. La habitación estaba en calma, salvo por el leve susurro de una brisa que se colaba por la ventana abierta, trayendo consigo el aroma de eucaliptos huérfanos, y cantos de loritos bullangeros. Por primera vez en meses, su mente se sentía como una página en blanco, sin las interrupciones dentadas de una pantalla brillante. Lo había logrado. Había arrancado su sueño de las garras de su teléfono móvil, ese ladrón insidioso de la paz, y al hacerlo, había vuelto a sentir algo sagrado: el ritmo de sus propios pensamientos y el lugar donde yace su memoria. Isaac no era ajeno a los encantos de la tecnología, por el contrario su profesión lo exaltaba, estudió sus mecanismos, había pasado ...

MENTE DE PAZ

Reencuentro con la paz saludo la tranquilidad resultó como un regalo de mi corazón a mi mente Estudio tecnologías, lo vivo empero siento sus espinas sino lo usamos bien. Con cuidado seguimos amigos. Mi mañana se volvió dichosa la Pluma se agitó alegre la hoja abrió sus aromas las ideas se multiplican No es de dioses posponer los humanos nos agredimos Cada cosa en su lugar y tiempo en el orden, florece la luz Hoy recordaré tu regalo aplaudiré tus decisiones cuando se hacen un esfuerzo el resultado merece registro La razón es poder la mente es el arma la disciplina el ejecutor la Pluma el testigo Mantén en tu memoria que la salud es prioridad  que la paz es el regalo que tu mente brinda. La Pluma del Viento Lima, 29 de mayo de 2025.