NOSOTROS SOMOS FRANCIA - NOUS SOMMES FRANCE
En el fondo azul, blanco y rojo, de su bandera, grabados están, libertad, igualdad y fraternidad. Símbolos de nuestra
humanidad. Sin ellos no hay convivencia, o con ellos nos hacemos sociedad. En
ese emblema, la noche del viernes 13, fanáticos ISIS(estado islámico),
derramaron sangre inocente. Asesinaron a muchos jóvenes que asistían a un
teatro (Le Bataclan), y dicen que todo lo hicieron clamando, al dios Ala Ala. Luego de
eso se suicidaron con dinamita, dejando 129 muertos y 352 heridos.
Hoy, mientras, trato de escribir esta nota, y escucho la bella música de la marsellesa (himno francés), derramo lágrimas de impotencia, de incredulidad y de rechazo. Y, cuando uno hace historia en los últimos años: desde el 11 de setiembre de 2001, con las torres gemelas, hasta el de enero de este año del semanario Charlie Hebdo, nos damos cuenta que, van a seguir estos actos de terrorismo. Y, que, ningún lugar en el planeta está seguro. Pues, si esta horda de asesinos, dispuestos a todo que están creciendo (hoy dominan un territorio del tamaño de Brasil) y no son parados, entonces podrían usar los diversos mecanismo tecnológicos para causar más y más daño.
Por ello, no podemos quedarnos con los brazos cruzados y solo lamentarnos, por el siguiente acontecimiento que puede ser en nuestro país, en nuestro barrio. Entonces, ¿Qué hacemos?, ¿Cuál es nuestra parte?, ¿Cuál es mi parte?. En primer lugar, debemos reconocer que tenemos un papel, una responsabilidad hacia las otras personas que conviven con nosotros, desde nuestra familia, nuestro club, nuestro barrio, nuestro pueblo, nuestro país hasta el mundo. Pero también, tenemos otro papel completamente íntimo, la responsabilidad con uno mismo, con nuestras conductas, hábitos y comportamiento.
Hoy, mientras, trato de escribir esta nota, y escucho la bella música de la marsellesa (himno francés), derramo lágrimas de impotencia, de incredulidad y de rechazo. Y, cuando uno hace historia en los últimos años: desde el 11 de setiembre de 2001, con las torres gemelas, hasta el de enero de este año del semanario Charlie Hebdo, nos damos cuenta que, van a seguir estos actos de terrorismo. Y, que, ningún lugar en el planeta está seguro. Pues, si esta horda de asesinos, dispuestos a todo que están creciendo (hoy dominan un territorio del tamaño de Brasil) y no son parados, entonces podrían usar los diversos mecanismo tecnológicos para causar más y más daño.
Por ello, no podemos quedarnos con los brazos cruzados y solo lamentarnos, por el siguiente acontecimiento que puede ser en nuestro país, en nuestro barrio. Entonces, ¿Qué hacemos?, ¿Cuál es nuestra parte?, ¿Cuál es mi parte?. En primer lugar, debemos reconocer que tenemos un papel, una responsabilidad hacia las otras personas que conviven con nosotros, desde nuestra familia, nuestro club, nuestro barrio, nuestro pueblo, nuestro país hasta el mundo. Pero también, tenemos otro papel completamente íntimo, la responsabilidad con uno mismo, con nuestras conductas, hábitos y comportamiento.
Estos sucesos como el que hemos vivido,
tan gigantescos de insania, que mezclan estas dos dimensiones, el individual y
colectivo, tienen que servirnos para reflexionar sobre nosotros, sobre nuestra
conducta, y también extenderla hacia la complejidad del ser humano. Nos gustaría
entender, cómo se engendra esa bestialidad, bajo la apariencia de un humano,
normal, y hasta amable. Seguro que es difícil escudriñar en el cerebro de estos fanáticos,
que interpretan que la muerte por su dios Ala, es una bendición.
Buscar las causas de ese
comportamiento, es una inmensa tarea, y seguro que lo han estudiado y lo siguen
estudiando en todas las esferas, académicas y políticas, pero no encuentran solución,
eso dicen los hechos.
Mientras eso ocurre, nuestro
sentido común nos dice que las causas son multidimensionales, entre ellas: religiosas,
ideológicas, políticas y de venganza. Seguro, que si hacemos una encuesta rápida,
la gente se quedaría con los cuatro. Eso muestra su complejidad, los cuatro
factores señalados están correlacionados, y pareciera que su solución es un
imposible, y que todo estaría fuera de nuestro alcance o entendimiento, ¡eso es
problema de los países correspondientes, o del gobierno afectado!, o en todo
caso, ¡díganme qué hago!
Y, como esto no va a ocurrir,
nuevamente volveremos a la indiferencia a ¡dejar hacer, dejar pasar!, y las
cosas seguirán empeorando.
Por ello creo que, nuestro papel
desde hoy, y de inmediato, tiene que ser, por promover la paz, la tolerancia,
desde nuestro interior en primer lugar. Tratando de bajar nuestro estrés, nuestra
irritabilidad, nuestra infinidad de tareas y compromisos. Disminuir nuestro
excesivo individualismo, de lucha ciega por más poder o por más fortuna a costa
de todo.
Tenemos que dejar espacio en nuestro
programa interior, para aproximarnos al otro. A compartir con nuestra familia
el desayuno, la cena, y dejar que todos hablemos, de nuestras dificultades y de
nuestros éxitos. Tenemos que fortalecer el espíritu de comprensión, y aproximarnos a lo colectivo, visitando a nuestros familiares
ancianos, enfermos, o presos.
Si logramos bajar nuestra presión
interna, entonces, seguro que no dejaríamos que ella explote. Levantaríamos vallas
para que las religiones, ideologías, políticas o venganzas, destructivas se apoderen de nuestra mente y corazón.
Por eso, hoy día, como una
primera demostración, de solidaridad, con el dolor del pueblo francés, y con intención
de modificar nuestro interior, hagamos un minuto de silencio, en el desayuno, por los deudos, por su dolor. Y, hagamos un compromiso, por la paz, la tolerancia y la solidaridad. Prometámonos
que los desayunos, por este mes lo haremos todos juntos, sintámonos una familia. Lo
mismo haré en mi club, nos reuniremos todos para bajar nuestra presión, posponer
nuestras rencillas, superficiales, y comprometernos también por la tolerancia y
la paz.
Si hacemos esto, seguro que será el
inicio de la solución. Pasar de lo individual a lo colectivo, de la intransigencia
a la tolerancia, de la soberbia a la sencillez. Pero si dejamos como si nada hubiera
ocurrido, y nuestra vida sigue igual de displicente, entonces que no nos
sorprenda que en la próxima explosión esté alguno de nuestros hijos, o
hermanos, como autor o como víctima.
Por la libertad!. Por la igualdad! y Por la solidaridad!
Nosotros Somos Francia.
La Pluma del Viento
Lima, 15 de noviembre de 2015
El teatro LE BATACLAN
Comentarios