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Mostrando entradas de abril, 2025

MARIO VARGAS LLOSA: SU LEGADO ETERNO

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Hoy ha fallecido Mario Vargas Llosa. Y aunque la noticia conmociona a muchos, a mí —como peruano, como lector, como aficionado a la escritura— me provoca un inmenso dolor. Se va no solo un gran escritor, sino un símbolo de la literatura. El último gran clásico vivo de la lengua española. Se apaga su voz, pero su palabra permanece. El Perú anochece con el corazón encogido. Esa figura que tantas veces nos deslumbró por la calidad de su prosa, por la precisión de sus frases, por su espíritu tenaz, hoy parte dejando un vacío en las letras universales. Sin embargo, en medio del duelo, se alza una certeza poderosa: Vargas Llosa es inmortal en lo que escribió y en lo que nos enseñó con su vida profesional. Aquel día que despertamos con un Nobel Recuerdo vivamente aquel 7 de octubre de 2010. Aún me recuperaba de una operación. Estaba en cama cuando, a las 6:30 a. m., mi celular sonó. Era mi hermano. Pensé que me llamaba como médico, preocupado por mi salud. Pero su voz traía otra notic...

A LOS QUE ESPERAN DE PIE

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  Hoy sábado, 12 de abril, día de fuerte sol que muestra la extensión de un verano caliente como pocos, decidí salir como a las 9:45h, leí en internet que el horario de atención era de 9:15 a 13 horas, asumí que había tiempo suficiente para cubrir la tarea nueva pendiente. No iba como observador ni como acompañante. Iba como un protagonista más. Me tocaba cobrar mi liquidación por el trabajo, portaba un cheque. Me tocó vivir lo que muchos viven cada mes. Cuando llegué al Banco de la Nación, no exagero si digo que había unas trescientas personas en la fila. La mayoría eran hombres y mujeres mayores. Rostros surcados por el tiempo que contaban historias que nadie les pregunta. Cuerpos vencidos por los años, sostenidos apenas por bastones, por la pared o por la fe de que esta vez sí les tocaría más rápido. Algunos apenas se movían, arrastrando los pies. Otros se quejaban del dolor. Pero allí estaban. De pie. Firmes. Esperando. Como si la vida entera les hubiese enseñado que, para ...

DONDE TERMINA LA AVENIDA Y EMPIEZA EL PERÚ

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  ¿Qué hay de importante para la lectura un día de semana? Acaso no me bastan las noticias de Trump o las marchas de ciudadanos en paros. Valdría la pena leer a alguien que dice que, en momentos de indecisión, la respuesta te puede llevar a vivir el pasado y el presente al mismo tiempo. —¡Eso no puede ocurrir, no seas palero! —dirían algunos. Seguro que te ocurrió a ti también: hay situaciones en las que no tienes disyuntiva, debes decidir ya; no hay tiempo para el análisis. Entonces, cuando lo haces, terminas en lugares nada previstos. El camino, en un día de huelga total de transportistas, era notoriamente distinto: no había un solo ómnibus. La Panamericana Norte estaba más despejada, por lo que el tiempo usual de viaje se acortó. Pero, para no llegar muy temprano, en la última curva —después de la cual solo había campos baldíos y tierras— decidí girar a la izquierda, sin saber a dónde me llevaría. Rápidamente recordé a mi amigo Esteban: —En la duda, vota por la izqui...

AL ABRIGO DEL ALBA Y LA PLUMA

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  Las flores se abren con el sol y se repliegan en la oscuridad. ¿Es magia o es naturaleza? No lo sé. Solo sé que ocurre. Hoy es sábado. Son las seis de la mañana y, como otras veces, llego al prado interior donde no hay sombras ni brumas de intranquilidad. Solo habita la placidez de pensar en lo que me mueve. Recuerdo aquellos años de horarios fijos, cuando el viernes a las cuatro de la tarde cerraba la jornada. Entonces venía el descanso: brindar con amigos al salir del trabajo, practicar deporte desde temprano o, de vez en cuando, asistir a alguna fiesta. Era otra etapa, otro modo de vivir los fines de semana. ¡Cómo cambian los tiempos! Hoy, con setenta años a cuestas, la motivación ha mutado. Los viernes por la tarde o noche ya no son de algarabía, sino de café y contemplación. Me siento frente al océano, dejo que las olas hablen y rescato de ellas pensamientos, reflexiones o versos. Y los sábados —como hoy— me levanto temprano, cuando aún duerme el mundo, para escribir l...