GELA AMIGO DE INFANCIA

 

Que nos pasa, amigos, familia y pueblo. Nos estamos acostumbrando a sufrir sin medida. Cada mañana despertamos entre truenos,  tormentas y remolinos infernales que golpean nuestras puertas. La edad no cuenta, hijos o padres tampoco. Esta peste no respeta los corazones marcados de amor y fe. Nos acecha en cada esquina, bus, mercado o aula. Todo ha cambiado. Cuánta nostalgia de nuestro terruño, donde las chacras, colinas, ríos, nieves de nuestra infancia derrochaban vida, alegría y emociones. Aquí en mi cubil remoto, no resisto la absurda noticia de tu partida amigo Gela, me desvanezco frente a este plato que se me enfría, prefiero salir a despedirme de ti. Estoy aquí en caranca no te vayas sin despedirte, al menos saca tu brazo y calma mi añoranza; seguro que se pusieron de acuerdo con Efra para acompañarse en ese viaje desconocido hacia los confines del universo. Seguro que llevan música, muchas anécdotas y fiambre en sus picshas.

En la escuelita de don Josué comenzamos nuestras vidas de estudiantes (transición) Javi, Calolo, Efra,  tu (Gela), Milo y Ofito. Como si nos pusiéramos de acuerdo, el devenir nos llevó a continuar nuestra primaria en la Pre – 351. Allí aprendimos a unir la naturaleza con los libros; a sentir el calor de la tierra, el arrullo de los pollitos, la transformación de los materiales; pero siempre unidos a la escritura, música y  canto, con profesores excelsos en ese tema como Oshva y César Figueroa. Por eso nos lucimos en la excursión a Chavín y Huari, en hermosas actividades deportivas y teatrales. Muchos años después cuando hurgábamos en las ecuaciones de física siempre surgían nuestros maestros de carpintería (Quispe), mecánica (Oshva), industria (Cástulo), zapatería (Feliciano), agropecuaria (Crisólogo).

Pero si los hermanos se quieren juntos, “el arriesgado Acucho se nos alejó”, habrían dicho, y por eso volvimos a encontrarnos en Los Pinos (Seminario San Francisco de Sales de Huaraz). ¡Qué destino!. Nos volvimos a ver lejos de nuestros viejitos, de nuestro Chiquián;  allí aprendimos:  la disciplina sin látigo; la responsabilidad enraizada en nuestra esencia; el estudio comprometido como reconocimiento al esfuerzo de nuestros padres. Estuvimos juntos muy poco tiempo, solo un año. Ustedes (Efra, Gela) volvieron al coronel, yo continué un año más. De esos tiempos, aprendimos a compartir tareas: si usábamos los mismos ambientes, aulas, dormitorios, baños, entonces éramos nosotros quienes deberían limpiarlos, así mantuvimos horarios bien establecidos: hora para cenar, hora para estudiar, hora para cantos, hora para rezos y hora para paseos. El mensaje benedictino nos inocularon (“Hora et labora”) Conocimos a amigos de otras provincias, con ellos nos hermanamos como ancashinos. En esas aulas sentimos por primera vez, la valía de leer pentagramas para precisar las notas en el coro de polentas, que todo Huaraz admiraba; el hermano Xavier (cala pega) nos entrenaba todos los jueves, así nos convertirnos en un coro de cuatro voces insuperable. “Cuánta valió nuestra presencia en Los Pinos”, comentábamos cuando nos encontrábamos los tres en Chiquián en los agostos y nos abrazábamos como recordando a los niños de Josué y la Pre.

Con dolor dejamos nuestro Chiquián y amigos para continuar los estudios universitarios; la edad obligaba seguir el camino esforzado que nuestros padres habían deseado, “tienen que continuar sus estudios en las mejores universidades”. Así que me aventuré a la UNI y por cosas del destino ingresé en un alto puesto. Había demostrado que nuestra formación era la correcta: amor a la naturaleza, disciplina y responsabilidad cuando se trata de cumplir nuestros deberes; pero sensibles a las notas de un canto o un verso. Así, el siguiente año también lo hiciste tú Gela, a la misma facultad de Ciencias- Física. Así nos enlazaba todo,  desde nuestro maestro Arcadio de la Pre hasta el alemán Manfred (Horn) de la UNI

Nuestros reencuentros solían ser en Lima en las fiestas de San Francisco, y allí muy poco hablábamos de física, siempre eran recordar nuestra infancia y secundaria. Admirábamos lo que nos habían enseñado los padres de los pinos. El otro encuentro obligatorio eran los agostos, así como el 2019, nos volvimos a reunir con Efra y pasamos juntos nuestro último agosto. Era inigualable tu manera dulce de hablar y las picardía que junto a Efra entrecruzaban a modo de contrapunto. También muy esporádicamente nos veíamos en la semana santa, allí le saludábamos con mucha devoción al Santo Varón Efra ataviado del sobrepelliz blanco, que nos devolvía recuerdos del seminario y del padre Michael ("maicol").

Ahora cuando se van yendo los amigos más cercanos la vida obliga a volver al baúl de los recuerdos, y buscar compañía en la infinitud de la mente, en medio del rocío de las mañanas, la lluvia de los meses de vacaciones y reír de las inteligentes ocurrencias; porque finalmente la vida continua con vuestras presencias ahora omnipresentes. 

GELA AMIGO DE NÚMEROS

Gela amigo desde la infancia

En serenatas y luciérnagas construimos lenguajes sin letras.

La vida nos llevó por senderos distintos

Así que nos acompañamos con nuestra mente y corazón.

Cuánto aprendimos de nuestra escuelita Pre-351

Industria, carpintería, mecánica, agropecuaria.

Orden, disciplina y confianza en Los Pinos

También música, canto, con Oshva y Xavier

Amando la naturaleza amábamos los números.

Física nuestro bastión frente a la duda y el compromiso

Un inigualable niño eras tú que amaba los eneros en la Puna de Conococha

Río de Aquia puente de Aynín por favor déjame pasar

Añorábamos el agosto 30 para cantar y ver a los amigos

No te olvidaremos amigo aquí quedan tus recuerdos.

Zozobra estamos viviendo sin tregua.

Una luz nos trae la ciencia tu trabajo

Años bregaste por enseñarla

La UNI te recuerda y admira

Docente ejemplar para tus alumnos.

Orgullo de nuestra Pre de Chiquián.

¡Descansa en paz amigo Gela!

La Pluma del Viento

Lima, 11 de marzo de 2021