Vivir bajo tierra


En los escombros del desdén y desprecio por el otro, se yergue la  inconciencia humana. Los despojados de sus hogares, los abandonados por sus familiares, los escondidos en cuevas subterráneas, claman explicación: porqué nos atacan , porqué nos matan.

Afuera en las oficinas protegidas por paredes antiaéreas y pisos alfombrados con bordados de oro están los que decidieron nuestra desgracia. Los que deciden en el mundo quienes son humanos y quienes no valen nada. Mi hijo de 10 años, esperaba jugar futbol en el colegio ahora que se abría  la asistencia presencial, de pronto volvió otro virus aun mas maligno del cual no te puedes proteger con mascarillas de dos soles, estos virus vienen con bombas en la obscuridad y destrozan nuestros humildes hogares.

Acaso los seres humanos no nos unimos contra el virus del covid-19, ahora, porqué ese mundo no se une para salvarnos. Qué tienen en su mente los gobiernos dueños del mundo. Son así porque de otro modo no serían los lideres. Entonces son lideres a costa de la desgracia de otros, tienen riquezas con la muerte de otros. Ese liderazgo no vale, no sirve, no merecen nuestro respeto.

A mí me enseñaron en la escuela: amar al prójimo como a ti mismo. Viendo lo que estoy pasando como balance, prefiero no tener vacunas y estar en mis chacras, prefiero no tener aviones si a nombre de estos avances nos tiran bombas, prefiero la vida de mis abuelitos junto a los animalitos criados en sus corrales junto flores aromáticas, ellos sí amaban al prójimo. 

La madre con el niño es sus brazos camina presurosa por la carretera arrastrando una maleta con lo que pudo llenar, en medio del frío que marca cero grados, son las 3 am. Ella tiene que caminar horas porque tiene que salir de la ciudad sitiada para salvar a su hijo, su esposo quedó en la ciudad porque está prohibido que varones abandonen la ciudad, solo pueden hacer las mujeres y niños.

Esa pareja joven plagada de expectativas y deseosos de construir un hogar de bien, que amarían al prójimo y la naturaleza. Hoy esos jerarcas que no los conocen en persona, solo los ven en la pantalla, han decido destruir su hogar; se conocieron mientras estudiaban luego se juntaron y decidieron vivir juntos con su niño, para eso consiguieron empleo y alquilaron su pequeño departamento. Pero planeaban construir una casa con patio grande, en esta antigua ciudad, y allí criar a sus hijos amando la plantas al prójimo y a la naturaleza. 

Pero la noche cayó y en la madrugada nos despertamos con bombas, ahora en este cobertizo subterráneo, al lado de mi niño, creo que la vida se me va, que mis esfuerzos no valieron, que mi felicidad depende de personas que parecen animales, que viven sin alegría porque saben que están condenados a la muerte del desprecio, por eso, antes, quieren que todos mueran, o mejor que el mundo se tiña de sangre. 


La Pluma del Viento

Lima, 24 de febrero de 2022




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