MUCHA TELEVISIÓN Y NULA LECTURA: DETERIORAN LIDERAZGO Y CAPACIDAD DE ENTENDER









Hace años, mi madre hacía esfuerzos, por llamar a mi hermana, “Nili, baja a tomar lonche”, ella le respondía, “ya voy, mamá, un rato”, era muy frecuente que las tardes las dedicara a la lectura, más aún cuando eran vacaciones. No habían televisión ni computadores, el entretenimiento principal, era la lectura. Hoy, eso es historia, casi irrepetible.



Los jóvenes prefieren el computador si es que no están frente al televisor o al lado de su celular inteligente. La reina ahora es la imagen. Poco se utiliza la comunicación oral o escrita. Son los dedos y los ojos los medios de comunicación, se puede estar en silencio pero viendo imágenes, escuchando música, y de rato en rato respondiendo mensajes, escritos con lenguajes extraños, que no es el castellano sino una mezcla de palabras o iniciales.



Hemos pasado de la generación de la lectura a la generación de la PC-TV. Esta modificación ha sido perjudicial para el ser humano, pues está generando jóvenes con mucha información pero con poca capacidad de comprensión. Se ha remplazado la producción esforzada de imágenes mentales, basadas en la lectura, para aceptar las fáciles imágenes que vienen de equipos, construidos o montadas por alguien.


Se están generando ciudadanos de aceptación (los que ven) en desmedro de aquellos de comprensión y explicación (los que leen).


Esto puede parecer, nada sustancial, pero sí lo es, cuando reconocemos que la opinión de las personas, básicamente, está siendo formada por los programas de TV. Allí se repiten permanentemente ideas y comportamientos que, de tanto verlas terminan constituyéndose en la opinión pública. Es decir, finalmente, esa opinión prevaleciente (reforzada en las encuestas), fue montada y manejada por un grupo de personas, desde el otro lado de la pantalla, y no por el esfuerzo de nuestro análisis de nuestra historia y contexto social.



Así, vía la TV nos imponen agendas, nos someten a noticias de escándalo, muerte, robo y deporte. No se fomenta la discusión, el debate, el análisis, el conocimiento, ni la confrontación de la razón. La superficialidad se ha hecho hegemonía en contra de lo medular, de lo importante o de lo trascendente. Pero esto que puede parecer, para algunos padres, como cosa natural, no lo es, pues genera adultos con poco capacidad expositiva, temerosos de hablar frente al público, inseguros de sus ideas, pues desde niños fueron entrenados para solo mirar u oir, ellos no se entrenaron para hablar ni para escribir. Cuando se les pide exponer ideas, no saben cómo comenzar, las palabras desaparecen de su lenguaje. Eso debilita la capacidad de liderazgo en la sociedad, los líderes de hoy (mayoría de congresistas) son personas que no presentan ideas articuladas, ni planteamientos construidos con esfuerzo analítico, lectura o sabiduría. Los nuevos líderes son aquellos que más veces aparecieron en novelas, partidos de futbol o voleibol.




Con estos líderes promovidos por la TV, nos están diciendo que no importa la lectura, ni la calidad de las ideas, ni el trabajo social, ni su hoja de vida, basta la plata y el figuretismo (horas en TV). Los partidos políticos (equivocadamente) prefieren a aquellos que les prodigaron dinero para la campaña, pasando a segundo plano los valores, la actitud, la persona, el ser.



Frente a los resultados, flagrantes, de carencia de VALORES en los líderes de todo el mundo, los INDIGNADOS, nos dicen que lo que más necesitamos, hoy, son los que saben pensar, comprender, sentir, y no los cumplidores funcionales ciegos. Por eso es necesario, diría, urgente, volver a los niños, a los jóvenes y a los adultos hacia la lectura, la escritura, la abstracción, en suma a la construcción de ideas y confrontación de las mismas. Requerimos gente con menos proclividad a la aceptación y mas buscadores de la explicación y el análisis.



LA PLUMA DEL VIENTO


Lima, 22 de octubre de 2011

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