BIENVENIDA LA NUEVA LEY UNIVERSITARIA


En los rankings mundiales o latinoamericanos, sobre las universidades,  las peruanas están en los últimos lugares. Así, es natural concluir que el sistema actual es pésimo, y como tal debe modificarse con urgencia. Por ello la reciente aprobación de la NUEVAL LEY UNIVERSITARIA es una posibilidad para dejar atrás el comportamiento vigente de: proliferación de universidades sin condiciones, convirtiéndose en ESTAFA total, a pesar que entregan los títulos a nombre de la nación,  igualmente se quebrarán las argollas de docentes, que cual mafia, deciden la designación de autoridades e incorporación de docentes, en su gran mayoría nada competitivos a nivel internacional, perjudicando a los buenos estudiantes y profesores. Esta situación desastrosa la caracterizan las instituciones conocidas como la ANR (Asamblea Nacional de Rectores) y la CONAFU (Consejo Nacional para la Autorización de Funcionamiento de Universidades) esta última que convirtió en un festín la creación de universidades.

Entre las novedades de esta nueva ley, está la creación de la SUPERINTENCENDIA NACIONAL DE EDUCACIÒN SUPERIOR (SUNEDU), que tendrá la facultad de fiscalizar, supervisar, normar, aprobar o denegar el funcionamiento de las universidades. Si esta se aplicara hoy, no podrían continuar funcionando unas 40 universidades,  pues no reúnen las condiciones básicas de calidad de docentes, infraestructura y organización. Otra novedad es la elección de las autoridades pues se hará por la votación universal  incluyendo la totalidad de docentes y estudiantes y no podrán ser reelectas, así se quebrará el sistema actual, donde la elección la realiza el consejo universitario que son manejados por argollas en muchos casos. También la nueva ley exige la presentación de un trabajo de investigación para optar el grado de bachiller, actualmente es directa. En resumen la nueva ley pretende contribuir a resolver la situación crítica de la baja calidad de la enseñanza superior, la pobre regulación del proceso de concesión de grados y títulos a nombre de la nación, el fin del secretismo de las universidades, mediante la publicación en el portal de las universidades, estados financieros, becas otorgadas y remuneraciones de docentes y autoridades entre otros. ¿Los padres de familia saben hoy cuánto es el salario de un rector, o el estado financiero de la universidad?. No!. Eso solo es un gran avance.

De hecho se sabe que la gran mayoría de los jóvenes en todo el país estudian en universidades públicas, por tanto su mejora tendrá un impacto decisivo en el desarrollo del país. Igualmente sabemos que la proliferación de las universidades privadas fueron alimentadas desde la década de los 90 con el gobierno fujimorista, cuando se consideraba a la universidad pública como identificada con la subversión, con sendero luminoso, y se decía, también, que su pensamiento siempre era radical. Contra ese rótulo, surgieron universidades privadas con el prevaleciente fin  de LUCRO, exclusivamente. Esa identificación subversiva, que se decía, hoy no existe, no hay más esa mentada correlación de senderización, por más que algunos medios de comunicación sigan con ese enfoque.

Hoy las universidades públicas deben ser vistas por la ciudadanía con mejores ojos, con otras exigencias, como son la investigación, la innovación y la competitividad. Hoy, los padres, los alumnos, o los ciudadanos en general, tienen posibilidades de acceder vía internet, y averiguar cómo se comportan las mejores universidades del mundo, o de la región, que son más cercanos a nosotros, como Brasil,  Chile o Argentina, y nos daremos cuenta que la mejor enseñanza está ligada a mejores infraestructuras (no se pueden enseñar, carreras experimentales sin laboratorios), y sobre todo a mejores profesores, y esta calidad de profesores viene identificada, o está muy correlacionada con los grados de maestría y doctorado. Esta exigencia está en la nueva ley. También los ciudadanos tenemos que saber que en el mundo, los cargos de reactor u otras autoridades, se hacen con convocatorias extramuros, es decir que los candidatos pueden venir desde otras universidades y desde otros lugares del mundo.



Por qué no podríamos tener a futuro, como rector o decanos en la UNI, o UNMSM, o UNFV, a doctores, con amplios pergaminos, sean peruanos o extranjeros, que con amplia experiencia en universidades del extranjero, quieran trabajar en universidades peruanas.  O porqué las clases en las universidades públicas no podrían darse en inglés, simplemente porque hoy, las autoridades no exigen como curso obligatorio aprender Inglés durante los primeros tres ciclos, de modo que a partir del cuarto o quinto ciclo, podrían recibir cursos vía teleconferencias de especialistas internacionales que se dan en Ingles, es decir tenemos que unirnos al mundo a la calidad de excelencia mundial. Ahora en la nueva ley se exigirá el saber inglés para finalizar los estudios de bachiller.

En resumen, recibo con beneplácito a la nueva ley universitaria, y aunque falta todavía su reglamentación, abre esperanzas para que las universidades públicas, den un paso adelante, hacia la excelencia mundial. No podemos continuar con el actual sistema, porque está ya demostrado que estamos pésimos, tenemos que modificarlo para esperar mejores resultados.

Termino recordando el mensaje de A. Einstein: “es de ilusos pensar que los resultados serán diferente haciendo lo mismo”. Por ellos bienvenido la nueva ley universitaria. Es mejor errar haciendo algo nuevo que quedarse de brazos cruzados frente a la mediocridad.


La Pluma del Viento
Lima, 29 de junio de 2014

NOTA: (la copia de la ley):

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