Desde los bailes, las comidas, las fiestas, las anecdotas, hasta los telares, las queserias, las cocechas, ... toda obra hecha por el hombre y la mujer de ayer y hoy constituyen nuesta cultura, nuestra esencia
Hoy, al reunirnos para despedir a doña Nieves Ibarra de Barrenechea, nuestra querida Sra. Ñipi, siento que es un momento para recordar, no solo a la gran madre que fue, sino también a una época dorada de nuestra infancia en el barrio de Agocalle de Chiquián, ese rincón que nosotros, los niños, solíamos llamarla de Venecia, por las corrientes de agua que surcaban por la estrecha calle en los inolvidables inviernos. Doña Ñipi, junto a don Arturo, no solo fueron padres amorosos de una familia que se dedicaba con esmero a la ganadería en su recordado Coris, sino también que en parte fueron guardianes de nuestra niñez. Recuerdo como si fuera ayer, esa gran puerta que siempre estaba abierta para nosotros, los niños del barrio. Al cruzarla, nos recibía el acogedor patio, y si de tanto en tanto ingresábamos a jugar en la gran sala, un espacio que para nosotros parecía tan amplio como nuestros sueños. Pero más allá de los juegos y alegría que nos prodigaba, lo que hoy me llena de nost
P uede el mundo terminar o renacer A migos como tú no habrá B ohemio de nuestras entrañas L abrador musical de chiquiandad O mnipresente amigo de mis agostos D ios te escogió como símbolo de la amistad I mprescindible memoria de generaciones. A hora que nos dejas crecerá tu historia Z arpaste en gloria hacia la eternidad. M iles de corazones chiquianos E scribiremos tu nombre en el Yerupajá N uestras callecitas te lloran y te recuerdan D erramaste cariño, cantos y mucha bondad O h Pachito. Oh cantor. Oh hermano Z afirado guitarrero de nuestra esencia A yer domingo tu voz cantó en despedida P achito, hermano, salúdame a Nalito, Efra y Gela A compaña con tu sabor a Huayco y Oshwa. C anten en el cielo Linda Chiquiana y. H ola Shay junto a Luis Pardo O ndeen en el firmamento el Chiquián Cultura A quí en Lima y en Chiquián D amos gracias por ser parte nuestra. I mpregnaste tu sello de amistad sin límites. O rgullosos quedan tus hijos y familiares por tu historia. S iempre en ag
Con las mismas ansias por un vaso de agua helada, luego de un partido de futbol en la playa, salió hacia su auto y se dirigió por la inmensa vía, de fuego, de la panamericana rumbo a su punto de apoyo. Había transcurrido mas de 20 horas y todavía crujía en su mente la pregunta "¿Eres escritor?" Cosa que había surgido en el debate que precedió a la fundación de la Asociación de Escritores Bolognesinos (AEB). No obstante, lo pomposo o importante que fue crear esta organización, aún le golpeaba la sien la duda existencial de escritor. En la reunión desde una de las sillas se elevó la voz ¿Pero qué es un escritor? ¿Alguien puede establecer con precisión, de cirujano, sus características? Claro, se escuchó decir, "aquel que ha publicado obras relacionadas con la literatura: cuentos, novelas, poesías; tal es el caso de Vargas Llosa o García Márquez o José María Arguedas o César Vallejo; y para mayor aclaración pregunto: acaso esta denominación se le hace a Fernando Belaun
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