LA NAVIDAD ES RENOVACIÓN DE NIÑEZ Y AMOR
A mis queridos amigos que mediante esta radio nos escuchamos, en esta
navidad deseo abrazarlos y desearles mucha paz, en primer lugar con ustedes mismos,
y luego con sus seres más queridos.
Para nosotros, la navidad ha trascendido la religión católica, se ha
convertido en una manifestación cultural de todo el occidente. Nacemos cantando
villancicos, mirando nuestros nacimientos, montados en pastos naturales en la
sierra, o en artificiales en las ciudades modernas.
La navidad, es
una fiesta nacional, tiene su núcleo en la familia, en el hogar, en
la niñez, pero ahora se ha extendido al lugar del trabajo donde por unos minutos suspendemos
nuestras labores, para celebrar este acontecimiento, compartimos paz, alegría,
palabras de reflexión, destacando el valor de la amistad, la convivencia pacífica, y nos
abrazamos deseándonos mejores oportunidades y éxitos.
Por ello en
estos días de navidad, amigos de Chiquián y de la provincia de Bolognesi, en el
Perú o en el extranjero, reciban nuestros abrazos, nuestros saludos
y deseos de un día mejor, de un año mejor, de un mundo mejor. Y, que no nos
desesperemos por alcanzar la felicidad, o el éxito, de manera ciega
y urgente. Porque la búsqueda alocada, obnubila, somete, acepta, no da tiempo a
la reflexión, a la solidaridad, a la libertad, a la democracia, en fin,
colisiona con los tiempos de navidad que proponemos.
La navidad,
nos devuelve a la niñez, a la edad más sublime, más inocente, y más
alegre.
Si morábamos
en la puna, en la sierra, en el lugar más olvidado, encontrábamos regocijo,
cogiendo alguna piedrita plana, lanzándola lo más rasante a las aguas de la laguna
para contar los rebotes que daba, o armábamos caminitos de carretera, con
puentes y ríos, y con carritos hechos de barro, manejábamos al estilo del gran
“Chuqui” Alvarado.
Las pelotas,
los tambores, las trompetas, los revólveres, tenían sus equivalentes
en las piedritas, ramitas o arcillas. La alegría, surgía de la naturaleza,
teníamos múltiples maneras de acompañar nuestra imaginación.
Nuestras
madres nunca tuvieron vacaciones, para pasar navidades, ellas seguían trabajando
en las chacras, desde el amanecer, trayendo leña, o leche, o pasto, ellas no
transitaban los jirones de la unión, o avenidas Larco, o supermercados, Vea,
Wong, Saga. Ellas nos preparaban con sus endurecidas manos, chompitas,
gorritos, mediecitas, suaves y cálidas. Recuerdo a nuestras madres, con sus
porongos de leche en cada brazo, en la espalda un poco de pasto, para lo cuyes,
caminando rápido, y nosotros atrás de ellas, tropezando o a veces disparando
con las ondilla a algún pajarito que se posaba travieso en lo alto de un árbol.
Sus mayores
regalos en navidad eran alimentarnos bien, los chanchitos habían crecido para
proveernos en diciembre chicharrones, rellenos, “gash gash”, yanán, jamón; las
vaquitas siempre prestas seguían nutriéndonos de leche, cachizada y queso, la
abuelita enviaba sacos de granos de maíz, cebada, trigo y frutas, desde el productivo valle purísima de huayllacayán.
Eran los días de
navidad, días de amor a la familia, días de cantos de villancicos en las imperdibles
misas de gallo en las madrugadas, días de encuentro con los amigos de barrio.
Hoy la navidad
sigue siendo amor, y aquellos cuyas madres con toda esa historia, los
acompañan, siguen recibiendo iluminación, la diferencia es que hoy ellas
muestran cabellos canos, manos y salud debilitada, sus movimientos ya no son
las de antes, sin embargo no han perdido la alegría de vernos cerca, ellas se complacen
acariciándonos a todos, a los hijos, nietos, bisnietos, y tataranietos, se ríe
y bromea viéndonos abrir los regalos que se arremolinan al pie del
arbolito, y nacimiento en grama artificial, le gusta las
luces multicolores, y muñequitas cantoras, que juega alegre sus tataranietas, la
siento con inocencia de niña, para ella y para nosotros la navidad nunca pasa,
solo se renuevan, y con eso todos nos renovamos en niñez y amor.
Por ello en
la navidad los saludos y abrazos son sinceros, y bien recibidos, son exentos de
cálculos e intereses, eso nos lleva a clamar:
Qué viva la
navidad!. Que viva la amistad!. Que viva la paz!.
Feliz navidad
queridos amigos.
La Pluma del
Viento
Lima, 23 de diciembre de 2012
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