EL PAPA FRANCISCO: SOY UN PECADOR. PERO DERROCHA GRANDEZA

Hoy la actualidad plagada de guerras, muerte, insultos, corrupción, los recuerdos de la memoria, y la pluma me llevan hacia la entrevista que el Papa Francisco diera al padre Antonio Spadaro, director de la revista La Civilta Cattolica, y que lo leí el jueves 19 del presente mes, en la página de internet del Nuevo Herald. Y, cómo no destacar los puntos de vista del nuevo Papa, si pone sobre la mesa, ideas, conceptos, enseñanzas respecto de temas que, los clásicos obispos, representados por el Cardenal Cipriani, y civiles, escuderos de la derecha aristocrática, solo muestran desprecio y arrogancia. 

El papa venido de los rincones del mundo como el mismo dijo, se describe de manera muy humilde, pero que lo engrandece: “Bueno, quizá podría decir que soy despierto, que sé moverme, pero que, al mismo tiempo, soy bastante ingenuo. Pero la síntesis mejor, la que me sale más desde dentro y siento más verdadera es esta: ‘Soy un pecador en quien el Señor ha puesto los ojos’”. 

El Papa nos muestra que es como todos nosotros, y que aún siendo Papa, todavía es el ciudadano Mario Bergoglio, y  por tanto padece y lo reconoce de las dificultades internas del hombre común, como él señala,  De la Compañía de Jesús me impresionaron tres cosas: su carácter misionero, la comunidad y la disciplina. Y esto es curioso, porque yo soy un indisciplinado nato, nato, nato. Pero su disciplina, su modo de ordenar el tiempo, me ha impresionado mucho”. Así que esa indisciplina que nos acompaña a todos, no puede ser vista como un desgarro de ser buena persona, sino que nos incentiva a poder ser disciplinados aún cuando desde el fondo nos salga lo contrario. 

El entrevistador un tanto fascinado por las respuestas: “Hablar con el Papa Francisco es una especie de flujo volcánico de ideas que se engarzan unas a con otras. Es obvio que el Papa Francisco está más acostumbrado a al conversación que a la cátedra.” 

Pero esa bondad y sencillez del Papa, no puede disminuir la fortaleza y carácter que debe tener como autoridad, sea como sacerdote y obispo en Bs As, como ahora en el Vaticano, sobre esto dice,Mi forma autoritaria y rápida de tomar decisiones me ha llevado a tener problemas serios y a ser acusado de ultraconservador. Tuve un momento de gran crisis interior estando en Córdoba. No habré sido ciertamente como la beata Imelda, pero jamás he sido de derechas. Fue mi forma autoritaria de tomar decisiones la que me creó problemas”. Todos los que tienen responsabilidad les sale y hasta es necesario, este nivel de comportamiento, pero de la mano tiene que ir la sencillez, la demostración de estar contrario a la ostentación y arrogancia del poder. 

Todos ven al Papa como un personaje venido para hacer Reformas, pero estas en tanto paradigmas vigentes y cultura establecida, requerirá de mucho tiempo, y el Papa lo reconoce: “Son muchos, por poner un ejemplo, los que creen que los cambios y las reformas pueden llegar en un tiempo breve. Yo soy de la opinión de que se necesita tiempo para poner las bases de un cambio verdadero y eficaz. Se trata del tiempo del discernimiento”. “Mis decisiones, incluso las que tienen que ver con la vida normal, como el usar un coche modesto, van ligadas a un discernimiento espiritual que responde a exigencias que nacen de las cosas, de la gente, de la lectura de los signos de los tiempos”. 

Ni siquiera el Papa, con sus muchísimas horas, de dedicación al análisis y discernimiento, aún necesita más juicio, esta regla de oro, la tenemos que usar siempre, PENSAR, ANALIZAR ANTES DE ACTUAR. Es decir lo que el Papa responde no es improvisado, lo ha pensado mucho tiempo. Busca la esencia, con mucho esfuerzo y meditación, allí la valía de su ejemplo y opinión. 

Entonces qué reforma va primero, el responde de manera hermosa y sabia: “Veo con claridad que lo que la Iglesia necesita con mayor urgencia hoy es una capacidad de curar heridas y dar calor a los corazones de los fieles, cercanía, proximidad. Veo a la Iglesia como un hospital de campaña tras una batalla. ¡Qué inútil es preguntarle a un herido si tiene altos el colesterol o el azúcar! Hay que curarle las heridas. Ya hablaremos luego del resto”. 

Finalmente, dejó para sus seguidores, particularmente a los que se adoquinan en el conservadurismo intolerante, enseñanzas sobre los temas candentes en la religión católica: la mujer, la homosexualidad y el aborto.

Sobre la Mujer: “Es necesario ampliar los espacios para una presencia femenina más incisiva en la Iglesia. Temo la solución del ‘machismo con faldas’, porque la mujer tiene una estructura diferente del varón. Pero los discursos que oigo sobre el rol de la mujer a menudo se inspiran en una ideología machista. Las mujeres están formulando cuestiones profundas que debemos afrontar. La Iglesia no puede ser ella misma sin la mujer y el papel que esta desempeña. La mujer es imprescindible para la Iglesia".


Sobre la Homosexualidad: “Tenemos que anunciar el Evangelio en todas partes, predicando la buena noticia del Reino y curando, también con nuestra predicación, todo tipo de herida y cualquier enfermedad. En Buenos Aires recibía cartas de personas homosexuales que son verdaderos ‘heridos sociales’, porque me dicen que sienten que la Iglesia siempre les ha condenado. Pero la Iglesia no quiere hacer eso. Durante el vuelo en que regresaba de Río de Janeiro dije que si una persona homosexual tiene buena voluntad y busca a Dios, yo no soy quién para juzgarla. Al decir esto he dicho lo que dice el Catecismo. La religión tiene derecho de expresar sus propias opiniones al servicio de las personas, pero Dios en la creación nos ha hecho libres: no es posible una injerencia espiritual en la vida personal”. 

Sobre, el aborto y anticonceptivos: “No podemos seguir insistiendo solo en cuestiones referentes al aborto, al matrimonio homosexual o al uso de anticonceptivos. Es imposible. Yo he hablado mucho de estas cuestiones y he recibido reproches por ello. Pero si se habla de estas cosas hay que hacerlo en un contexto. Por lo demás, ya conocemos la opinión de la Iglesia y yo soy hijo de la Iglesia, pero no es necesario estar hablando de estas cosas sin cesar”. “Tenemos, por tanto, que encontrar un nuevo equilibrio, porque de otra manera el edificio moral de la Iglesia corre peligro de caer como un castillo de naipes, de perder la frescura y el perfume del Evangelio. La propuesta evangélica debe ser más sencilla, más profunda y radiante. Solo de esta propuesta surgen luego las consecuencias morales”.

Advierto a mis oyentes que no soy creyente, pero admiro muchísimo al Papa Francisco, porque permite acceder al pensamiento Católico, al pensamiento liberador, sencillo y cercano a los más necesitados, tanto de pan cuanto de espíritu. Seguro que haré mas notas sobre el pensamiento del Papa Francisco, porque en él se puede aprender sobre la esencia de la religión católica y su fortaleza en la vida espiritual del ser humano y no dejarse llevar por la visión  política que suele primar.

La Pluma del Viento
Lima, 22 de setiembre de 2013

Estas notas la propalo en la emisora de Radio Independencia, los domingos de 9:30 horas, durante 7 a 10 minutos.

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