ANTONIO PRADO CUBA: AMIGO ETERNO
Damas y caballeros, familiares, amigos y compañeros de trabajo:
Hoy nos reunimos
para honrar a una persona que dejó una marca profunda en la vida de cada uno de
nosotros, tanto en el aspecto laboral como en el humano. A partir de hoy, este
lugar será oficialmente conocido como el Parque Prado, en honor a José Antonio
Prado Cuba, nuestro recordado Toño, quien trabajó con pasión y entrega en esta
institución, justo aquí, al frente de este parque, que fue la continuación de
la hermosa biblioteca de San Borja.
Toño fue un hombre
que nos enseñó, no solo con sus palabras, sino con su ejemplo, la importancia
de la dedicación y el compromiso. Desde que ingresó al IPEN, allá por 1980,
demostró que el verdadero trabajo es aquel que se realiza con integridad, mente
y corazón. Fue más que un profesional: fue un amigo, un líder, un mentor. En
cada proyecto, en cada reunión, en cada conversación, Toño aportaba sus
conocimientos con humildad y su humor con generosidad, llenando de alegría y
confianza los espacios que compartía. Incluso en el deporte, que practicamos
con vehemencia en los campeonatos de la Copa Ciencia, en la Av. Canadá, y
también aquí en RACSO.
Más allá de sus
contribuciones técnicas, fue fundador del Sindicato de Empleados del IPEN
(SEIPEN), siempre preocupado por el bienestar de los trabajadores, incluso a
riesgo de su propio empleo. Toño estuvo presente en los momentos más
importantes de nuestro querido IPEN. Su personalidad se destacaba en su saludo
amable, su sonrisa franca y su mano siempre dispuesta a ayudar; su imagen
representa el compañerismo y el verdadero sentido de la amistad. Este parque,
que ahora llevará su nombre, se convierte en un símbolo de ese espíritu: un
lugar que encarna la generosidad, la bondad y el compromiso con la justicia.
El Parque Prado no
solo será un homenaje a su nombre, sino un espacio donde recordaremos su
alegría, su fortaleza y su amor por la lectura y la escritura. Cuando pasemos
por aquí, pensemos en su legado: colaboración con la ciencia y la tecnología
nuclear, defensa de los derechos laborales y su amor sin tregua por nuestra
institución. Este parque nos invita a mantener viva su memoria y a seguir su
ejemplo de bondad y responsabilidad.
Hoy, en esta
mañana de esplendoroso sol, su imagen brota en el origen del átomo y del IPEN.
El Parque Prado será un lugar de reencuentro, un recordatorio de que se puede
ser trabajador, luchador, amigo, esposo y padre ejemplar, pero, sobre todo, un
ser humilde y bondadoso que dejó una marca imborrable en la vida de todos los
trabajadores del IPEN — templo del saber nuclear— Amigo Toño, este es tu lugar,
un espacio que siempre llevará tu espíritu y tu recuerdo.
La Pluma del
Viento
RACSO, 31 de
octubre de 2024
NOTA:
Esta fue la semblanza que dije en la inauguración del Parque Prado.
Comentarios