VENEZIA EN VIENA, Y VENECIA EN CHIQUIÁN


































A dos cuadras de la Catedral de San Esteban, aguardo el inicio del Concierto, que se dará en la propia iglesia. Compré intermedio a 25E (Euros), el más cercano estaba a 35E, y el más alejado a 15E. En 30 minutos comenzará, a las 8:30 pm, estando con la cultura alemana el inicio debe ser exacto, me sobresalto.

Espero devorar rápido el Espagueti a la Bolognesa, que pedí acompañado de un Merlot Tinto, 1/8 (de botella, un cuarto de copa). Afuera frio, aquí dentro tibio. Desde este segundo piso, se ven adornos navideños en toda la calle, inmensas arañas luminosas cuelgan de lado a lado, artísticamente montadas con miles de foquitos, dando la sensación de hogar.

Este ambiente que me llevó súbitamente a mis recuerdos de las misas de gallo, en mi barrio Venecia, de Chiquián, que junto a mis amigas de infancia, Nina, Macu y Edi, disfrutábamos los hermosos villancicos entonado por los Niños de Viena que se oían desde la sala de alguna de nuestras casas. Este recuerdo me hizo mas gracia por la coincidencia, sin proponérmelo, que estoy en Viena en el restaurante de Venezia cerca al rio Danubio, recordando allende el ande a Espejito de Cielo, mi pueblo de Chiquián, junto al rio, Aynín.

Este restaurante, no es de primera, tampoco de segunda simplemente es un lugar europeo en la calle principal de Viena. Mientras agradezco la rapidez de la atención al mozo, y aprecio con deleite el Merlot, le doy la razón a Gastón Acurio, cuando dice que, estamos en pañales, en lo que ha comida reconocida internacionalmente, se refiere. Pues, ciertamente en el mundo sí realmente se reconoce a la comida italiana, por doquier encuentras una pizzería, y uno sabe que se va a comer ahí. Eso no ocurre con la comida peruana, por ahora, pues el sabor sí lo tenemos, diría de primer nivel, comparable con la francesa, o italiana.

Algún día no muy lejano, esperamos, ver en estas ciudades, turísticas de primer mundo, Cevicherías o Picanterías, con el sabor peruano. Solo nos falta mas difusión, deberíamos salir a conquistar el mundo por intermedio de las embajadas que deberían convertirse en propomotoras comerciales de la Marca Perú.

Por eso sigamos apoyando su batallar incansable al gran Chef peruano Gastón Acurio.




La cultura no es cómo crecemos económicamente,
Sino cuan orgullosos nos sentimos de ella.

Viva la comida peruana.

La Pluma del Viento
Viena, 25 de noviembre de 2011

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