Lugar donde el núcleo atómico despierta,  donde la ciencia el futuro proyecta,  llegamos un día con ilusiones al viento,  jóvenes corazones, habidos de conocimiento.  Con mirada fija y mente inquieta,  el IPEN nos abrió su puerta.   Nos formamos con pasión y empeño,  en aulas, reactores, sin desvelo ni sueño.  Aquí en el suelo patrio con orgullo,  o en tierras lejanas, sin regateos.  Con disciplina, amor y dedicación,  forjamos saber con convicción.   Y en el trabajo, entre mediciones y cálculos,  florecen bromas, deporte y colaboración.  La amistad es más fuerte que el plomo,  más estable que el núcleo en su trono.  Con el guardapolvo o en un campo de juego,  creamos equipo, afecto, y lealtad sincera.   Años de entrega, de esfuerzo y de gloria,  dejamos huellas en páginas de historia.  Laboratorios que vibran con nuestro andar,  publicaciones que el mundo ha de admirar.  Docencia que inspira, saber que perdura,  honor a la ciencia que el tiempo augura.   Y cuando el tiempo nos m...
 
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