LAS DOS CAPACIDADES: ORGANIZACIÓN Y TRANSFORMACIÓN
Aspirar a la
INCLUSIÓN y DESARROLLO SOSTENIBLE, en un distrito, provincia, región o país,
exige disponer dos capacidades: Capacidad de Organización y Capacidad de
Transformación.
La CAPACIDAD
DE ORGANIZACIÓN responde a la inclusión, porque se trata de
resolver los problemas de manera colectiva. No basta resolver el problema
individualmente, ese no es el reto, el reto está en resolverlo colectivamente.
La colectividad debe participar en la solución. Para eso se requiere fortalecer
las organizaciones, y por tanto empoderar a los líderes naturales. Aquellos que
tienen representatividad y credibilidad, demostrada en su ejemplo de vida. Su
presencia es mucho más importante y duradera que las autoridades designadas coyunturalmente.
Formar líderes
debe ser una responsabilidad de toda la sociedad: principalmente de la
Educación. Pero, estos líderes deben aspirar a ser positivos; no a ser líderes
negativos, como Hitler o Guzmán. Ese liderazgo positivo tiene que apuntar a fortalecer
la democracia, a facilitar la gobernabilidad eficaz. Estos líderes se soportan
en la autoestima, identidad cultural y valores.
Desde la niñez
tenemos que estar convencidos de nuestras capacidades, sincerarnos de nuestras
fortalezas y debilidades, debemos aprender a no cubrirnos de caretas. Sin
autoestima, los líderes tienden a ser negativos. El líder positivo reconoce su
identidad sabe el significado de su gastronomía, plantas, danzas, música,
tecnología, y al comprender los estima, ama y lo defiende. El
líder positivo debe construir su ser y hacer en valores, que le
dan sentido a su vida y obras. Sin valores entonces el líder claudicará
rápidamente y devendrá en negativo.
La segunda
capacidad es la CAPACIDAD DE TRANSFORMACIÓN, que está relacionada con el desarrollo sostenible, su significado
tiene que ver con el futuro, asegurar que nuestro bienestar no puede
construirse a costa de hipotecar o destruir el hábitat para las futuras
generaciones.
Si bien es
cierto que para que haya desarrollo tiene que haber crecimiento económico, este
no puede ser a costa de destruir el medio ambiente por ejemplo. La
capacidad de transformación se refleja en la capacidad que dispone tu localidad
para usar el conocimiento y crear, o mejorar los productos y/o servicios de
manera que aseguremos la vida en la tierra.
No es
sostenible el crecimiento económico basado solamente en la venta de materias
primas. Necesitamos pasar de una economía extractiva primaria hacia una
economía del conocimiento. Por eso es necesario fortalecer la ciencia y
tecnología (CYT) de la localidad, de la región y del país. Una magnitud
estimada como mínima es dedicarle el 1% del PBI, en actividades de
CYT. Para fortalecer la capacidad de transformación, necesitamos
que la educación produzca esos conocimientos, una educación sincronizada con
las oportunidades, y ventajas comparativas de la localidad, para así
convertirlas en ventajas competitivas.
Por ejemplo, en
Chiquián, Aquia, y Huasta, se observa grandes extensiones de
antiguas chacras productivas, hoy están cubiertas de kikuyo, prácticamente
no se siembra nada. Entonces las universidades y sus tareas de investigación
deberían orientarse a resolver este problema, por ejemplo utilizando
biotecnología en lugar de sustancias químicas. La falta de interés de las
universidades limeñas, con los problemas del interior de país, se demuestra
que luego de casi 50 años no hay solución.
La educación no está
sincronizada con el desarrollo sostenible y la inclusión. Ambas deben ir
de la mano, de otro modo el crecimiento económico actual, pasará y volveremos a
la pobreza igual o peor que antes.
La Pluma del
Viento
Lima, 9 de
setiembre de 2012
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