EL PRIMER GRITO DE FISIÓN: IDA NODDACK

 

Pocos recuerdan que la primera idea de la fisión nuclear la tuvo una mujer.

Cuando nos referimos a mujeres trabajando en ciencia y nucleares, seguramente son pocas. Hoy en física se sabe que no ellas no superan el 20% del total de estudiantes universitarios cuando terminan el pregrado. Sobre este tema se ha escrito mucho en el mundo académico, intentando responder a la pregunta: ¿las mujeres en física, por qué si y por qué no?, en esta nota no vamos a extendernos al respecto.  Lo cierto es que en los primeros años del siglo pasado muy pocas mujeres participaban del trabajo en ciencias básicas, aunque destacaba como una perla de asombro Marie Curie, y con seguridad no hay lugar en la tierra que no se sepa de ella, tanto como se conoce de Einstein en los hombres.

No cabe dudas que Alemania en las primeras tres décadas del siglo pasado era el epicentro de las ciencias básicas, en especial de la física. El tema central era las propiedades de la materia en su estructura íntima. Así se iniciaron las dos teorías más sólidas de la humanidad: la relatividad y la cuántica. Con Einstein (1915) y; Heisenberg (1925) y Schrodinger (1925), respectivamente.

En ese escenario, surgió una joven alemana nacida al borde del rio Rin, el 25 de febrero de 1896, en la localidad de Lackhause, y falleció el 24 de setiembre de 1978.  A ella la consideraron la Curie alemana, porque el campo donde se destacó fueron tanto química como física. Su nombre de cuna fue Ida Eva Tacke que luego de casarse (1926) optó el nombre que se le conoce Ida Noddack. Su centro de labores fue el Instituto Imperial de Física y Técnica de Berlín (1925 a 1935).

Su nombre se hizo conocida porque su grupo propuso el descubrimiento de un elemento buscado por todos, el Z=43, pues en la tabla periódica de Mendeliev aparecía como un “vacío”, se conocían el Z=42 y el Z=44, y le puso el nombre de “masurium”, en homenaje a la victoria alemana sobre los rusos en los lagos masurianos. Sin embargo, los intentos de repetir este experimento por la comunidad científica no permitieron obtener similares resultados; tanto es así que recién el año 1937 fue descubierto por Carlo Perrier y Emilio Segré, ellos le dieron el nombre de TECNECIO, el conocido elemento, en el caso de los radioisótopos producidos en el reactor nuclear RP-10. Pero también hay que destacar su gran prestigio se basó por descubrir (1931) el elemento Z=75, al que le puso el nombre de Renius, del nombre en latín del rio Rin.


En la década de los 30s, luego del descubrimiento del neutrón (Chadwick, 1932), el estudio del núcleo era la atracción en los diversos laboratorios del mundo, con la hegemonía de Alemania y Francia. Sin embargo, un pequeño grupo de jóvenes italianos comandados por Enrico Fermi (en ese grupo estaba E. Segré), marcaban su espacio en la ciencia mundial, especialmente en el dominio del uso de neutrones lentos para bombardear (interaccionar) diversos blancos. Su gran trabajo en este campo le valió el premio nobel de 1938. En 1934, el gran Fermi, hizo público sus aportes, donde destacaba que “los productos de la reacción nuclear bombardeando neutrones, no serían mayores de una partícula alfa” (ver Fig. 1: modelo Gamow, 1928), y como consecuencia cuando los blancos eran uranio, los productos serían elementos transuránidos radiactivos muy próximos al blanco.  No obstante, el peso de Fermi, la alemana Ida Noddack, en 1934, manifestó que no debía descartarse la emisión de otros productos incluso de tamaños similares, esto fue la primera posibilidad de la fisión (obtenerse diversos fragmentos más allá de las alfas). Pasaron cuatro años, hasta que, en 1938 en Alemania, Otto Hahn y Fritz Strassmann, descubrieron la fisión del uranio. La explicación de porqué Fermi no tomó en cuenta la visión de Ida, sería que no la tomó muy en serio debido al apresuramiento que habría cometido con la errada propuesta del elemento Z=43.

Finalmente, podría ser irrelevante, si solo nos refiriésemos a una idea, pues el trabajo real y factual fue de Hahn. En principio eso es cierto, por tanto, bastaría con reconocérsele ese “insight”, aunque en física hay tantas buenas ideas, que lo que prevalece son los hechos, y de ella no se conoce algún artículo sosteniendo la idea de la fisión.  Empero a la luz de la historia de la humanidad, este hecho es especial, pues si se hubiera tomado más en cuenta esa idea, talvez se hubiera descubierto la fisión con más anticipación, y en consecuencia es probable que se hubiera modificado la historia de la humanidad: se hubiera sabido del poder de la reacción antes que surgiera Hitler; entonces, podría haberse evitado el lanzamiento posterior de las bombas atómicas. ¡Wow, qué cosa!.  ¿Cuánto hubiera cambiado el mundo si le hubieran dedicado más tiempo a la idea de la fisión de Ida? Es un tema interesante que ameritaría más renglones.


La pluma del viento

Lima, 24 de septiembre de 2021

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