MISTURA: PERÚ CAMPEÓN DEL SABOR
Con la debida anticipación separé el viernes para asistir a Mistura 2012, esta vez en el Campo de Marte en Jesús maría. Para mí era como asistir a un gran partido de fútbol, donde íbamos como favoritos, y la seguridad de campeonar, de golear a Brasil, Argentina, Francia, Italia, Alemania y otros grandes. El "Messi" peruano, no solo es Gastón Acurio, también son los diversos cocineros, traídos desde Huancavelica, Arequipa, Chiquián o San Juan de Miraflores. Ellos están dispersos en cada lugar del Perú. Ellos conforman un equipo imbatible. Somos los campeones del sabor.
Con esa emoción y seguridad de triunfo devoré los diferentes platos, entonado por el pisco sour, hecho con pisco de Lunahuaná, de sabor insuperable. Los organizadores APEGA (Sociedad Peruana de Gastronomía), diseñaron este ambiente, como para comer, y entretenerse. La tecnología llegó para facilitar el pago, el dinero era una tarjeta recargable, adiós a las colas para pagar, !no mas dinero!, !no mas manos sucias!.
Todos caminábamos presurosos mapa en mano, buscando nuestros platos favoritos. Yo me había quedado, en las dos últimas oportunidades de mistura, con las ganas de comer el Chancho al Palo, esta vez iba directo ahí. En el camino me impresionó una larga cola, era una de las mayores, la extensión siempre es sinónimo de calidad. Me aproximé con mucha curiosidad, y de cerca vi que se trataba del puesto de la doña Grimaneza Vargas, la reina del anticucho.
Los asistentes, arremolinados frente al puesto, levantaban la mano para saludarla. Ella estaba como sentada en un andamio elevado dentro de su cabina, como si fuera un estrado hecho para que la admiraran, todos querían retratarla, parecía una artista de cine. Ella la humilde señora que se ganaba la vida en la esquina de Iglesias con 27 de noviembre en Miraflores, vendiendo en su pequeña carretillita, ahora era admirada, puesta a la altura de una diosa de la cocina peruana.
Me sentí alegre, emocionado, hice un recorrido de su vida, de la provinciana que trabajó como empleada, y fue padre y madre para sacar adelante a sus hijos, por eso aprecié mucho el valor de Gastón Acurio, y de APEGA, que la sacaron del anonimato, para llevarla al altar de los cocineros consagrados del sabor peruano. En adelante la historia escribirá con letras de oro el nombre de doña Grimanesa, y nosotros seguiremos viniendo a mistura para admirarla y gozar de su sabor y simpatía.
Luego de satisfacer mi obsesión por el chancho al palo, visité los espacios del pisco, luego del cacao y finalmente del pan, para llevarme unos desconocidos pero sabrosos panes de quinua y cañihua. Cuando la noche caía cerré mi asistencia con un arroz con pato borracho, !qué nombre!, parecía pleno de alusiones personales.
Mención especial son los eventos que se dan en el auditorio, sea conferencias o campeonatos. Allí asistí para ver la final del joven cocinero, ellos debían preparar su mejor plato original, dentro de un tiempo determinado. La carrera fue como en esos clásicos olímpicos de los 100 metros planos, pura tensión y espera, hasta que al final designaron a uno, y se produjo un alboroto. Se entregaron los premios por las autoridades de APEGA, posaron para las fotos: los concursantes, el ganador, los jurados, todos juntos. La música de fondo fue Tengo el Orgullo de Ser Peruano, que empujaba a aplaudirles con entusiasmo, en eso hizo su entrada el grupo de baile de mistura, con sus integrantes vistiendo las ropas típicas de los peruanos de la selva, costa y sierra. Bailaron las pegajosas músicas de cumbia selvática. El ambiente fue de jolgorio, excitación y satisfacción.
Hemos campeonado una vez más, se oyó en todos los costados del auditorio,
!Que viva la gastronomía peruana!,
!que viva Apega!,
!que viva el sabor peruano!.
!Que viva la gastronomía peruana!,
!que viva Apega!,
!que viva el sabor peruano!.
La Pluma del Viento
Lima, 16 de setiembre de 2012
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