PRIMER CRÍTICO RP10 - U3Si2

Radiantes de emoción
En esta noche técnica
Ansiosos esperamos
Culminar el primer crítico
Todavía recordamos el 88
Olas de neutrones por fisión
Rugen descontrolados


Nuevas promociones
Unidos a los veteranos
Controlan la reacción
Lo logramos claman
Esperanzas alcanzadas
Ahora vienen los usos
¡RP10 es Perú!



Habían acabado de alcanzar el crítico. Habían coordinado detalle por detalle. Los que verían los contajes de las cadenas de arranque (cámaras de fisión), y los otros que debían retirar la fuente de neutrones, en el momento adecuado, para luego estabilizar y alcanzar el crítico.

Durante la tarde y parte de la noche era evidente que ingresando el siguiente elemento combustible, según la configuración propuesta, seguro que se alcanzaría el primer crítico. Incluso, en la pizarra se habían hecho algunos vaticinios, sobre: "¿con que porcentaje de barra queda crítico?". Unos decìan 70% otros decían 80%. 

El turno que debía estar hasta las 20 horas, estaba por irse y los que deberían poner el elemento combustible sería el siguiente turno (que iría de 20 a 08 horas). Sin embargo, comunicaron que vendrían todavía a las 21:00 horas, entonces, acordamos que con el fin de no extender el trabajo, deberían ellos poner el siguiente combustible en la posición F6, considerando que  el cansancio se extendía más hacia  los físicos de reactores, que no tendrían turnos esa noche. Aceptaron, comprendiendo los pasos que el procedimiento exigía: las barras de control debían estar completamente introducidas para poner ese elemento, luego poner la fuente de neutrones, y recién subir las barras de uno en uno, realizar en cada extracción mediciones, el crítico posible sería con la quinta (y última) barra de control en alguna posición. Esto llevaría al menos una hora y media. 

Efectivamente, los que ubicaron el combustible fueron, Alberto Salazar y Pedro Canasa, acompañados del oficial de radioprotección Mariano Vela, y de Alvaro Aguirre, del grupo de física de reactores quién debía chequear el ingreso en el lugar correcto del elemento combustible. En la consola quedaron, Javier Quispe, Wilder Arévalo, Braulio Ticona, Gianfranco Huaccho, Victor Viera, Agustin Zùñiga y el supervisor Rolando Arrieta. 

Terminada la tarea, llegaron el turno siguiente, con los operadores Edgar Ovalle, Agustin Urcia, Junior Olivares y el supervisor Roberto Giol. Se fueron Salazar y Canasa. Los que se quedaron, serían los que llevarían la aproximación a crítico. Conforme observábamos que la población neutrónica crecía lentamente, la tensión aumentaba, se había esperado que la última barra de control a extraerse que pondría a crítico estaría por los  70%, sin embargo la población comenzó a aumentar, antes, y el método apuntaba a valores de 50%. Entonces desde los 30% se empeso a extraer la barra en porción menores. Cuando se observó que todo indicaba que el porcentaje de crítico  apuntaba a 45% y estando en 40%, se decidió que con la siguiente extracción propuesta en 2%, se alcanzaría a crítico, y eso se observaría con el crecimiento rápido de la población neutrónica. 

Se coordinó que A. Zuñiga, sería la persona que decidiría cuando se extrajera la fuente por el operador A. Urcia. Y, para eso, desde la consola J. Quispe, debería comunicarle como iría el crecimiento de la población neutrónica leyendo el display de las cámaras de fisión, todo esto con los celulares con el audio abierto. Dicho y hecho, A. Urcia, tomó el instrumento y asujetó el cabezal del portafuente de neutrones. Con el celular en la mano, A. Zuñiga comunicó que todo estaba bajo control y pueden extraer la porción acordada. 

En seguida, desde la consola, J. Quispe, comunicaba, "80 mil cuentas; 100 mil; 140 mil ", ante eso, A. Zuñiga, le comunicó a A. Urcia, la extracción, inicialmente sería sacarlo lentamente para evitar que se cayera la población, y provocaría recomenzar la operación, empero frente al crecimiento de la población que se comunicaba, la decisión en boca de tanque fue, "retira la fuente, retira, retira ya y toda". Terminado eso, continuamos, comunicando por el celular hacia la consola, "estabilicen, estabilicen". Desde la consola respondieron, "se estabilizó". Como el celular tenía el audio abierto, todos sentimos, un alivio y satisfacción a la vez, tanto en boca de tanque como en la consola. Nos abrazamos, los cuatro que estabamos en boca de tanque. "esto tiene que registrarse", dijo A. Zuñiga, inmediatamente A. Urcia, extendió su mano y los cuatro que estábamos nos sacamos un selfie. Salimos presuros por la puerta, nos quitamos los portazapatos, nos anotamos en el libro de ingresos, y fuimos hacia la consola. Allí, ya estaban en jolgorio,  así que nos abrazamos y felicitamos, "bien, bien, lo logramos". Una foto para el recuerdo, era obligado. R. Giol, había llevado su filmadora, otros con sus celulares. Entonces, A. Zuñiga, con la voz al estilo de las marchas de antaño, dijo, "tres hurras por el RP10", todos en unísono contestamos, "ra, ra, ra"

Mientras nos tomábamos las fotos, el operador E. Ovalle, callado seguía al mando del reactor, cual aviador en tiempos de tormenta. "Y a mi no me toman foto", reclamó. "Claro que si", todos dieron vuelta y se tomaron otras vistas, pero con el operador, en primera plana. A esta alegría también se unieron los responsables de la autoridad reguladora (OTAN): Gerardo Lázaro, Julio Villanueva y Olger Anaya, le decían "los verdes", no solo porque llevaban ese color de guardapolvo, sino por que eran muy exigentes en el aspecto de seguridad y seguimiento de los procedimientos. 

Fue una noche emotiva e inolvidable, seguro que los jòvenes que allí estuvieron, con el paso del tiempo valorarán mas este evento. Los veteranos que habían estado en otros primeros críticos, emocionados y con calma burilaron en sus mentes estas escenas que lo acompañaran en su retiro. Por mi parte bajé a mi oficina y escribí ese acróstico. Luego hicimos un pequeño brindis, al estilo de los viejos tiempos, coca-cola y algo más que habíamos mandado comprar. Y, nos despedimos, unos se quedaron a dormir en el centro nuclear otros nos dirigimos a nuestros hogares cargados de esperanzas por un mejor futuro para el reactor RP10, y eso porque hay jóvenes que reciben la posta precisamente en eventos tan especiales como este, que ineludiblemente consolidan compromiso y mística por un reactor al servicio del país, a pesar de todo.


Felicitamos a todos los trabajadores que no estando en esta foto fueron indispensables para que el reactor funcione adecuadamente.

¡Arriba Perú, sí se pudo!

La Pluma del Viento
Lima, 24 de setiembre de 2019

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