Ciencia es colaboración


 A las cosas que suelen ocurrir usualmente se rotulan de buenas o malas muy rápidamente. Sin embargo, si se tuviera más calma seguro que en las peores circunstancias alguien encontraría algunas oportunidades para ser mejor. 

En un hospital de afectados mentales podría suponerse no encontrar posibilidades de intercambiar cosas positivas, sin embargo, ahí encuentras pacientes en proceso de recuperación que ayudan al médico. 

Incluso cuando vas a reunirte con el sucesor de tu cargo y le sugieres cómo ejercerla para que las cosas le vayan mejor que a ti. Conversar con esa persona, como si mereciera una mano, es reconocer la importancia de que le vaya bien porque si le va mejor también le irá mejor a toda la organización. Mejor si esa persona viene con mayor expertise sobre temas claves para la organización, y por tanto  es importante apoyarlo. 

Sin embargo, cuando se le da la espalda o hay frialdad, estaría ocurriendo que no solemos mirar el objetivo de la organización preferimos ver solo el nuestro; "si no nos fue bien entonces porque le tendría que ayudar al nuevo, al contrario que le vaya mal, porque así me valorarían más".  Esa es una visión nada constructiva y que provocaría un mayor debilitamiento de la organización y especialmente de uno mismo.

Porque si antepones la mente positiva, es posible que encuentres a la nueva persona, como un punto de contacto positivo, que podría ser el nodo clave para conectarse con otras redes y esa sola posibilidad siempre será adecuada, porque te permitiría ver nuevos "mundos".

Adicionalmente si hay generaciones distintas  de "viejos y jóvenes", a los últimos tenemos que darles la oportunidad de que su energía y talento se multipliquen en favor de la organización y esa mejoría alcanzará a todos. 

Igualmente, los jóvenes deberían cambiar su punto de vista de "viejos a la tumba y jóvenes a la obra" o el "no a los viejos", pues deberían reconocer su valiosa experiencia y potenciales recomendaciones son de mucha valía. Su ayuda no se las debería desechar, pues teniendo tan pocos científicos no podemos darnos el lujo de separarlos por su edad. Lo que debería primar es su productividad, su trabajo en equipo. Alguna idea puede bastar para llenar  de oro la canasta de la cual comemos.

Cuando nos referimos al indicador de productividad científica  se suelen identifica a artículos y patentes, sin embargo,  con esto se posponen hasta olvidan el proceso que se sigue en esa labor.  Entonces en una organización científica, no basta con crear una instancia con el nombre de investigación y desarrollo (ID), porque lo esencial para hacer ciencia es disponer o construir el factor humano, y en esa dirección los primero es disponer personas con el máximo grado, especializados en el tema central de tu organización (misión), para esto la organización tiene que tener mucha cautela en llevar a jóvenes a que logren la maestría y doctorado como parte de un plan o de un proceso natural, pero si esto no se realiza entonces se estaría yendo en la dirección contraria esto es hacia una organización no-científica. 

Por eso en una organición científica lo primero es valorar al factor humano joven y formarlo paso a pao para adquirir conocimiento, dotándole de facilidades (económicas y administrativas), con ello su exigencia y dedicación brotará de manera natural, para alcanzar sus grados de maestría y doctorado, las tesis correspondientes y consecuentemente las publicaciones o patentes. Pero esos grados y publicaciones que van de la mano, tienen que ser valorados y por tanto promovidos. 

En algunas organizaciones denominadas científicas, hacen lo contrario, les ponen vallas a jóvenes para investigar,  ni se valoran los grados académicos,  ni se facilitan el acceso a las bases de datos de publicaciones internacionales, entonces en estas instituciones será inexorable el declinamiento científico, y se instalará en ellas un ambiente organizacional de distanciamiento entre viejos y jóvenes, de incluso de "venganza" a generar oportunidades a jóvenes considerando que tampoco a ellos les dieron la oportunidad en su tiempo. Esa inercia debe vencerse con el ciclo conocido de acciones diferentes, para generar hábitos, y estos por tiempos prolongados (años 3 a 5), hasta convertir en creencia y en cultura. Cuando eso se logre la rueda girará y los nuevos jóvenes que lleguen ingresarán a otra organización científica que sabe del proceso y alcanzará los indicadores conocidos.  

Siempre se ha dicho la ciencia se construye lentamente con esfuerzo y persistencia, pero se la puede destruir de manera rápida. Ahora que hay un ambiente en el gobierno de promoción de un ministerio de ciencia y tecnología, es momento para que se inicie a girar esa gran rueda mediante acciones diferentes hasta alcanzar un cultura organizacional diferente científica. De ahí que el mensaje de hoy tiene que ser colaboración. 

La Pluma del Viento

24 de enero de 2022 

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