El rincón que si conozco

 



La ola de calor no permitía que continuara. Estando en Lince, naturalmente un lugar para almorzar es "El Rincón que no conoces", de Teresa Izquierdo (QEPD). El nombre de la calle se me hizo esquiva, sabía que era el de un prócer de la independencia, entonces la primera que encontré fue La Torre Ugarte, subí desde Petit Thouars, y nada, era otra paralela; el cuidador de carros me dijo 4 paralelas a esta. Así que di la vuelta y volví por mis huellas pero esta vez voltee en la correcta era Bernardo Alcedo. La entrada al local ha variado no es cómo hace años lo visité mas pequeña. Ahora está remozado -es un edificio. Obviamente no había espacio para estacionar el auto. Así que lo dejé una cuadra más arriba, "se lo cuido, déjelo ahí", fue la invitación que me hizo el cuidador, tan popular en Lima. En realidad no estaba con un hambre como para desbordar, sino que con la calor y la hora, me sería suficiente un plato de esos clásicos. 

Pero quién es Teresa Izquierdo, sin duda, es una de las personas símbolos de la gastronomía peruana. Y la conocí gracias a Gastón Acurio que la había hecho famosa en los inolvidables Mixtura. Recuerdo cuando en una de tales llevé a mi madre. Ella la había visto en los programas de televisión, y en casa cuando eso ocurría conversábamos de su historia. Así que cuando fuimos a ese gran evento de la cocina peruana, apenas vio su foto en un gigantografía que anunciaba el lugar de su puesto en la feria. Nos dijo, quiero  ir allá, quiero conocerla. Cuando llegamos, la cola era inmensa, ella estaba sentada, como un ídolo. Menos mal que su sencillez permitió que mi madre se tomara una foto. Compramos uno de sus potajes clásicos como el Seco de Pato y llevamos a la mesa donde compartimos diversos potajes de diversas manos benditas de la comida peruana. 

Después que falleció, su hija ha quedado con todo el renombre de su madre y ha continuado en el mismo restaurante famoso de Lince, aquí las fotos con celebridades muestran la enjundia morena y las benditas manos que aprendieron de generación en generación ese sabor que sigue siendo el asombro del mundo y carta de presentación del peruano orgulloso de su esencia.

Hoy la casualidad me llevó nuevamente a este restaurante, y aunque comer solo no es lo más recomendable pedí el seco de pato (pecho) su sabor inunda con solo comer una cucharada de arroz, salsa criolla  y un pedazo de carne. El plato es tan generoso que cuando me faltó salsa criolla pedí un adicional, y me trajeron de manera gratuita y amable. 

Me llevo la mitad del plato a casa. Y dejo aquí mi reconocimiento y recuerdo de haber venido a este lugar sagrado de la comida peruana: "El Rincón que no conoces", a pesar de haber regresado hoy seguiré diciendo que uno no conoce a plenitud el sabor de la diversidad de sus platos, por eso volver a este rincón es  reencontrarse con el sabor peruano, y todo extranjero merece visitarlo, de lo contrario no habrá conocido uno de los huariques más representativos de Lima, la de la célebre Teresa Izquierdo. 




la Pluma del Viento

Lince, 9 de enero de 2022

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