MURPHY SIEMPRE APARECE AUN CUANDO NO LO INVITES

Sentado en la mesita de un restaurante de pescados y comida norteña, de mi barrio, espero mi pedido un “ceviche de pescado” acompañado de una cuzqueña. Mientras discurren los segundos, me pregunto: ¿Qué hago aquí solo?, ¿Acaso no podía quedarme en casa?. No se debe al hecho que soy soltero, consecuentemente no tengo a nadie que pregunte por mí, ni soliciten puntualidad a la hora del almuerzo. Sino que al salir de casa con una agenda determinada la varié en el camino, producto que mi primer objetivo de lavar el carro no se cumplió, no tomé las providencias de asegurarme si habían lavadores de carro, un domingo a la 1 de la tarde, luego de lavar el carro continuaría a otro lugar y volvería como a las 7 de la noche. Así que no habiendo lavadores en diversos lugares, decidí volver a casa. Estaba completamente seguro que habría alguien, mi madre, hermana o sobrino. La realidad fue otra, n...