Un día sin memoria.


Me paré en la subida de la pista que da a la puerta de ingreso de vehículos de la clínica, eran las 8:20, mi cita a las 9:20 horas, estaba con tiempo. El trabajador muy acomedido salió de su cabina se aproximó al auto, bajé la luna, con plena amabilidad me comunicó, " hoy es feriado no hay atención". Me quedé frío, había salido de casa con total convencimiento que hoy era mi cita, por lo que incluso no tomé desayuno. 

La respuesta ingresó a mi memoria provocando una reacción nuclear en cadena, ¿cómo? ¿qué? Recuerdo claramente que en mi cuadernito decía 07/10 /22, 9.20 am, Dr. Aguilar. Y según eso organicé mis actividades de la semana, hasta envié un mensaje a un amigo diciéndole que a la reunión de las 10 no podría asistir por la cita por salud. Pero luego de viajar por las galaxias, Vía Láctea, Andrómeda, retorné a tierra. Claro, el desvío de vehículos de la plaza la bandera, se debe a que es feriado y que hoy es 08 de octubre día del Combate de Angamos.  


Le agradecí diciéndole que creí que era 7, se sonrió, luego volví a la ruta, sin saber qué hacer. Pero por la hora sin duda debía cumplir con el desayuno. Me aproximé al concurridísimo La Panera, estacioné casi a una cuadra, hice mi pedido: pastel de acelga y jugo. Mientras espero escribo esta nota en medio del bullicio del restaurante. Me siento raro pues todos conversan amenamente y yo solo acompañado de mi pluma. Mi pregunta era inquietante: que ha ocurrido con mi memoria. ¿Es posible perder un día, son inicios de Alzheimer, o es cuestión de la edad? Pueda que sea todo eso, pero mi explicación más complaciente conmigo mismo son dos. La primera que no basta con poner los números como fecha de cita, es necesario añadir el día, en este caso el VIERNES. La segunda es que la semana pasada tuve que dictar clases el jueves y el viernes (esta vez no me recordaba los números sí los días) entre las 9 a 13 horas, el primero presencial y el segundo virtual, porque precisamente el viernes se declaró feriado compensable para trabajadores del sector público. Acepté estos horarios porque no tenía en cuenta al viernes como el día de mi cita, sino el sábado.  Y también, que mi mente desde el miércoles priorizó la actividad de las clases borrando cualquier otra. 

Ajá eso está mejor es decir que ni la edad ni el Alzheimer son los responsables sino la confusión de fechas, por ello una cita debería contener todos los parámetros:  día, mes, hora y día. Pero, también, revisar semanalmente qué citas se pactaron. 

Sin embargo, no me escapo de la edad, pues debo reconocer que provengo, por tanto, mantengo aspectos de la cultura analógica, es decir la costumbre de usar las agendas en forma de cuadernito especial para citas; hoy en el mundo digital - hegemonía del celular- seguro que hay múltiples aplicativos que ayudan a la gestión de citas. 

Así que, a aprender a usar aplicativos en el celular, acepto mi falencia; empero antes a terminar mi desayuno que se enfría.


La Pluma del Viento

La Panera, Pueblo Libre, 8 de octubre de 2022



Comentarios

Entradas populares de este blog

PACHO SIMBOLO DE LA AMISTAD: ADIOS

Luis Pardo: Hombre Hecho Leyenda

HOMENAJE AL CLUB ATLETICO TARAPACA DE CHIQUIAN