Poesía al Honor de Gastón Acurio



Por Agustín Zúñiga


En el Perú hay que recuperar el sentido del honor. Debemos recuperar el honor de ser policía, juez, político, el honor de ser empresario.

Pensar que lo que hacemos es para los que vienen y no para nosotros.

Queríamos (la cocina peruana) demostrar que la señora que vendía anticuchos en una esquina era igual de importante que un cocinero que sale en televisión.

Hay que renunciar a las carreras basadas en la ambición personal. Debemos construir una verdad que pertenezca a todos.

Dejar en manos de los políticos todo lo bueno y lo malo es arrogante y egoísta. Lo que pasa en el Perú es responsabilidad de todos los peruanos.

El rol del empresario moderno no es acumular riqueza, sino generarla.

¿Cómo hacer que este país de las oportunidades perdidas se convierta en el país de las oportunidades para todos? Ese es el reto.


Hay que fomentar el emprendimiento, la eficiencia, la creatividad, la innovación.

Debemos ser responsables para que en diez años el Perú esté en el Primer Mundo.

Tenemos un Perú que comienza a unirse y a sentirse orgulloso como nación, y esa gasolina es fundamental para cualquier país que aspira a algo importante.

Tenemos que mirarnos hacia adentro, reconociendo nuestra multiculturalidad y viéndola como una oportunidad, como una ventaja competitiva frente al mundo.

Tenemos todo para ser líderes en los paradigmas que regirán el mundo moderno: respeto al medio ambiente y comercio justo.

Tenemos miles de pequeños agricultores que pueden asociarse exitosamente y convertir al Perú en país líder de productos orgánicos.

Pero quien la produce es un campesino que se pasa todo el año viviendo con una economía de subsistencia. Esa cadena injusta tenemos que solucionarla con un comercio justo.


Así como vivimos orgullosos de Machu Picchu y de nuestra comida, tenemos que soñar con tener la mejor educación pública del mundo.


El gobierno está en nuestra casa, en nuestro trabajo, en las calles cuando respetamos las leyes de tránsito, cuando no la ensuciamos.


El Perú somos todos, y por eso debemos vivir con honor. Un buen peruano devuelve siempre al país todo lo recibido.


Hemos recuperado el orgullo por lo que somos. Eso se respira, se escucha y se siente.


Confiar implica sacar el mejor lado del ser humano y matar el peor.


Nunca candidato a un cargo político. Nunca porque yo he nacido para ser cocinero, y desde la cocina ayudaré en todo lo que pueda.


La cocina pertenece a todos los peruanos, no tiene ideología.

Quiero votar por una plan que coincida con la responsabilidad histórica de pasar al Primer Mundo.

Como cocinero le pido que construya el mercado más hermoso de la región. Somos la capital gastronómica de América y eso si nos hace falta.

Los cocineros representamos al Perú, pero ten la seguridad de que si existe un quiebre democrático, los cocineros saldremos a protestar.


No aceptamos los productos transgénicos porque ponen en peligro nuestra biodiversidad.

Veinte edificios no pueden atentar contra miles de años de historia ni contra nuestra fauna.

Por eso termino con lo que empecé: hay que vivir con honor. Es el único camino.



NOTA: Textos extraídos de la entrevista a Gastón Acurio, en el diario El Comercio, 25-07-2010.

Lima, 25 de julio de 2010

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