A 24 HORAS DEL VEREDICTO DE LA HAYA
En esta fecha histórica, a pocas horas de conocer el veredicto de la Corte de La Haya, sobre el Diferendo Marítimo entre Chile y Perú, y a 4 años de la presentación de la memoria por parte del Perú, 20-03-2014, permítanme compartir lo que escribí en ese entonces y que tiene validez hoy.
CARTA A LOS HERMANOS CHILENOS: POR LA RAZÓN Y NO POR LA FUERZA
Durante la semana pasada la noticia
principal fue la entrega de la memoria del gobierno peruano a la Corte de la
Haya, respecto al conflicto de límites entre Perú y Chile. Escuchamos y vimos
las opiniones de los representantes políticos de ambos países. Incluidos la de
los respectivos presidentes de ambas repúblicas.
Pero, ¿qué decimos los de a pié, tu o yo, mi
querido amigo o amiga?. Nadie nos entrevista, ni nos pregunta. ¿Vale nuestra opinión?. Yo creo que sí. Y mucho.
A mí personalmente me
interesaría, conversar con más peruanos y también con chilenos. Porque tengo la
convicción que la mayoría de nosotros, no considera de importancia hacer una
guerra por unos kilómetros cuadrados.
Sin embargo, mi estimado
amigo o amiga, con fines de paz, deberíamos ponernos de acuerdo definitivamente
y evitar que año tras año, sigamos con las permanentes discusiones de límites.
Cuando viajé a Arica y
visité la ciudad, noté que había mucho más limpieza y orden que en la vecina
Tacna, por lo que a mi acompañante le comentaba, me gustaría que los chilenos
estuvieran en mi pequeño pueblo de Chiquián, para ordenarlo como Arica.
Igualmente subí al
morro, aquel histórico lugar donde Chile inició su triunfo en la Guerra del
pacífico. Nos explicaban como ocurrió la batalla. Todos esos hechos consideré
importantes recordarlos.
Pero mientras más los
recordáramos, de esa manera, nuestros pueblos jamás se sentirían amables los
unos a otros. Una historia vencedora escrita a su modo por los chilenos, y otra
historia perdedora escrita, también a su modo, por los peruanos.
Es decir, mirando
nuestras historias de confrontaciones, las vallas se agrandan cada vez
tornándose imposible superarlas. Por ello en mi opinión, la única salida para
poder vivir en paz en el futuro, es borrar para las generaciones nuevas, esas
formas de presentar la historia. Pero como parece imposible borrarla, nos queda
solo un camino, propio de la gente racional y pensante.
Recurrir a un
organismo internacional que zanje de una vez y para siempre esta situación.
Entonces, ya que hemos entrado (desde el 20/03/2009) a esa vía definitiva de
solución pacífica, no miremos más allá de eso, no escarbemos nuevamente en las
opiniones guerreristas sea de Chile o Perú, cerrémosle espacio a todos esos que
redoblan tambores de guerra, déjennos vivir como queramos dentro de nuestros
territorios y que los abogados y gente especializada, se confronten en ese
organismo, en ese espacio y solo ahí.
Para que luego del
resultado final que dé este organismo, se estirpe por siempre esta piedra
hiriente que impide la convivencia de peruanos y chilenos como gentes
civilizadas y racionales que aman la vida.
Por eso el camino que debemos buscar es el de la razón y no el de la fuerza. De otro modo, ¿para qué existirían los organismos judiciales si desconocemos sus resultados? O, ¿de qué serviría tener ciudades limpias, bien ordenadas si empleamos la fuerza para desconocer la razón o la decisión de un juez? Volveríamos al desorden, a las épocas del más fuerte, del “hombre es el lobo del hombre”, o del caos y la desestructuración de la sociedad.
Es momento estimado
hermano o hermana chilena, que traslademos nuestras desavenencias y
desencuentros momentáneos al cuadrilátero de la Corte de la Haya, y no oigamos
las voces de promotores de conflictos, traficantes de guerras, representantes
de los grandes negociados de armas, que incentivan confrontaciones cuando ellas
deben superarse por la razón y no por la fuerza.
Nosotros, somos
pueblos con grandes cantidades de ciudadanos en extrema pobreza, de ahí que
necesitamos de esos dineros, para llevar, comida, medicina a nuestros hermanos
del ande, en lugar que se gasten en tanques, aviones, barcos y balas, símbolos
de muerte y destrucción, como se ha visto recientemente en Irak y Palestina. ¿Se imaginan hermanos, chilenos, cuántos
años han transcurrido de la guerra del pacífico y aun no podemos olvidarnos?. Entonces, ¿cuántos años más tendrían que pasar para
cerrar las nuevas heridas que se abrirían si ocurriese una nueva guerra?
Esto nos debe hacer
reflexionar y cerrar el paso a los uniformados o no que en poses desafiantes,
aventureras, en ambos lados, hablan de sus poderíos, de fuerza y destrucción y
no de la razón y paz. Siento
y les digo, que muchos como yo, en ambos países, desean que termine esto de una
vez, por el único camino que el ser humano debe transitar que es el de la
razón, la decencia, el respeto a las leyes y amor a la vida. Solo así, con seguridad, futuramente no
hablaremos más sobre límites, y sepultaremos estas discordias para siempre y
dejaremos que nuestros hijos y las nuevas generaciones vivan construyendo
nuevas historias. Historias de hermandad, de progreso entre dos países vecinos
y jamás recordando historias de guerras.
Mañana a las 10 de la mañana, del 27 – 1- 2014, habrá concluido la lectura del veredicto de la Haya, sobre el litigio del LIMITE MARÍTIMO entre Chile y Perú.
Entonces terminarán las dudas, los
vaticinios inauditos, para dar paso a la realidad. También pondrá fin a las
poses de políticos desesperados por ganar prensa, y votos adelantados. No
importando para ello la inestabilidad que generan.
Por eso creemos contrariamente a
esas poses, que los momentos previos a saber estos resultados deben ser de
tranquilidad, de mesura, de seriedad, de modo que cuando, se sepa que ganamos
algo y perdimos otra, frente a la propuesta ideal, no conlleve a actos
repudiables frente a nuestros vecinos, sea por demostraciones exageradas de
algarabía o ira.
Debemos expresar comprensión, y
tolerancia, pues, en cualquier caso habremos ganado todos no solo uno de los
países sino los dos. Porque en adelante no viviremos con la espada pendiente
sobre nuestra cien, debido a límites no definidos. Tenemos que reconocer que
los verdaderos ganadores netos serán las nuevas generaciones, que transitarán
por las fronteras como lo solemos hacer con Brasil o Bolivia.
Ciertamente existirá una etapa de
transición, y es la que estamos viviendo, en las proximidades preveredicto y
postveredicto. Y, es ahí cuando necesitamos de mayor cautela, a fin de que lo
que nos toca ganar y/o perder, la sepamos asimilar con cordura y tranquilidad.
Sin alardes de triunfalismos ni derrotismos. Menos mal que este periodo de
transición será muy corto comparado con la cantidad de años que viviremos
futuramente en paz, seguridad, comprensión y progreso conjunto.
Viva el Perù
Viva la Paz
Las Pluma del Viento
Lima, 26 de enero de
2014
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