NUEVA VIDA DE APRENDIZAJE: OPTIMISMO
Hoy realizamos el sepelio de mi madre, terminó su recorrido físico terrenal. Ayer, estaba compungido de dolor, de tristeza, de incomprensión, de vacío. Pero en el amanecer de hoy, junto al silencio, recuperé motivación, optimismo aquello que precisamente tu interior te brinda.
El día 24 (un día antes del fallecimiento) había escrito esto:
¡Qué día!
Es invierno
Pongamos buen ánimo
Habrán dificultades
Pero las superaremos
La motivación
Es nuestra fuerza interior
Inundemos el infinito cosmos
Hagámoslo inagotable
Compartámoslo con todos
Superemos unidos el lamento
Enfrentemos de la mano el problema
Mi madre dejó su sello en el corazón de las personas y por ello la estimaban, entonces la nueva vida que se inicia es la vida luminosa del aprendizaje. Le corresponde a sus herederos continuar su obra, basado en esas características distintivas de quienes la compartieron: humildad, trabajo, bondad y alegría. Porque son los que sobrevivimos los que necesitamos aprender para a vivir en ese camino.
Entonces, siendo el hecho natural y humano el fin de la vida física, tenemos que reponer ilusiones hacia esa nueva vida; retomar fuerzas; confiar en su legado y aprender a ser humildes, trabajadores, bondadosos y alegres. Esa es la dicha de haber tenido junto a nosotros a una persona que nos enseñó esas características en las etapas diversas de nuestras vidas (infancia, niñez, juventud, adultez y vejez), con mayor o menor profundidad y frecuencia.
Así, habiendo estado viviendo a diario con ella y gozado de su grandeza, me siento muy tranquilo y repuesto de ese dolor que como humano surge y es necesario tenerlo para pensar y ver el futuro. Hoy tengo ganas de continuar trabajando, esforzándome por entender qué es: el amor, la humildad, y la ternura. Aun cuando la meta sea muy empinada, lo que importa es el esfuerzo que se haga en el camino.
Acaso cuando se inicia una nueva vida no se recibe con entusiasmo y esperanzas, entonces eso es lo que corresponde ahora. El dolor y la tristeza tienen que dar paso a la vida y la alegría.
Acaso cuando se inicia una nueva vida no se recibe con entusiasmo y esperanzas, entonces eso es lo que corresponde ahora. El dolor y la tristeza tienen que dar paso a la vida y la alegría.
Por eso en la antigua casa, donde vivimos, hemos iniciado sus enseñanzas y considerado que nuestra mamá será la hermana así que al rededor de ella nos arroparemos para juntos enfrentar esta tormenta que no hará sucumbir la barca que nuestra madre la iluminó.
Juntos Venceremos.
La Pluma del Viento
Lima, 27 de junio de 2020
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