EL VUELO FINAL

El telón va a bajar. La obra llega a su fin. Ahora los actores esperan la evaluación del público. Días, semanas, entrenando rudo. El programa se cuadró con esfuerzo y dedicación. No se pudo hacerlo mejor; entonces, sintió que lo que resulte quedará satisfecho por lo que hicieron antes y durante la obra, el resto ya es de gusto ajeno. 

Esa temporada tubo múltiples obras durante 12 meses. Los actores fueron muchos, pero el protagonista fue solo una persona. Las decenas o centena de actores fueron solo de momento. Tan efímeros que no importaba el guion. Las escenas fueron diversas desde jocosas a dramáticas. A veces surgían aplausos, risas, pero también silencios y silbidos de repudio. El protagonista, guionista y director era el único responsable.

Ahora con el sonido bajísimo parado en el escenario, esperaba la evaluación de ese conglomerado de personas. En la platea sus familiares que seguro le prodigarán aplausos sea cual fuera la actuación dirán "muy bueno"; luego la zona VIP y los invitados presumidos intelectuales, también aplaudirán sin mucho fervor, solo para decir que entendieron la complejidad del guion. Pero lo difícil vendrá desde las zonas populares que son la mayoría. Algunos dirán "qué aburrido es ese lenguaje de la ciencia, prefiero a los ambulantes del parque Chabuca Granda", otros de los palcos comprados dirán, "el cholo solo se refiere a lo andino", pero los más próximos le gritarán enfervorizados "se siente, se siente, el Chato presidente".

Mientras eso, esperaba saber cómo fue la presentación, ¿como del año anterior?. Él con los ojos cerrados esperaba el aplauso, las pifias o las hurras. Pero esta vez no se iniciaba nada, no había ningún ruido, eso le parecía raro, pero continuó esperando. Hasta que, por la excesiva demora, decidió abrir los ojos, y se sorprendió había pocas personas, se habían retirado casi todos. Solo quedaban su madre y hermanos.

Antes que cayera el telón y como para evitar la soledad infinita, sus familiares de un salto subieron al estrado, a abrazarlo, a cubrirle con sus cuerpos, su vista y sus sentimientos, diciéndole, "qué gran obra, sublime, el guion, mejor el protagonista".  Su madre que llevaba flores le roció la frente, el sonidista sensible soltó la música del cóndor pasa y mientras el abrazo continuaba, todos tomados de los hombros en abrazo infinito se elevaron del escenario en grupo en medio de las cumbres del Huayhuash que surgió en el escenario. Se fueron los actores de la obra tan extraña y esperada del año. No sabemos si volverá el siguiente. 

Narro esto porque estuve ahí, era el reportero informal que me colé en la zona alta del mezanine. Fue una gran obra, "El vuelo final". 

La Pluma del Viento

Lima, 31 de diciembre de 2022


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